Cargando...
Lograron su objetivo y lo celebraron porque ello les da, aparentemente, la tranquilidad de que las sospechas y denuncias que tienen en contra continuarán sin que se produzcan avances importantes que permitirían ponerlos en prisión o al menos en aprietos.
Y posiblemente existieron ofertas de “premios” de toda clase para que algunos pudieran adherirse al plan de “salvataje”, al tener en consideración que esa práctica ya es habitual entre los politiqueros que dominan el país desde hace décadas, y no les importa otra cosa más que obtener beneficios.
Entre quienes estuvieron a favor de la destitución de la jefa de la Fiscalía también hay gente cuestionada pero por lo que pudo verse al menos no temieron posibles represalias e hicieron lo que debían hacer.
El hecho de que muchos de los que dieron una mano a la fiscala general y evitaron que sea destituida tienen cuentas impagas con la Justicia, da una pista clara e inocultable que no necesita más explicaciones. ¿Favor con favor se va a pagar?
En otras culturas (países con mayor desarrollo social, generalmente) funcionarios que tienen cuestionamientos serios en su contra acerca del no cumplimiento a cabalidad de sus funciones o por otras fallas, no esperan que se les pida renunciar para hacerlo o ser objeto de juicio político. Dimiten directamente para no poner en entredicho o bajo dudas las instituciones que dirigen. En el Paraguay alguna vez eso debe ocurrir también.
Todos sabemos que en el país existe mucha gente capaz y digna de ser designada en los puestos más importantes, varias de ellas ya están cumpliendo con gran responsabilidad sus tareas y ello puede ser constatado. Pero el problema es que en numerosos casos debido a la politiquería se continúa nombrando en cargos relevantes a personas que no demuestran la habilidad ni la honestidad para generar los cambios profundos que hacen falta.