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Este fin de semana se reportó un nuevo caso de asalto a turista brasileño, en el corazón del microcentro de Ciudad del Este. Jean Barbisa Sandoval llegó al país con intención de comprar productos electrónicos y terminó asaltado por delincuentes disfrazados de comerciantes.
El modus operandi es el mismo aplicado desde hace años en la zona. Una “pirañita”, supuesto orientador de compras, abordó al afectado para ofrecerle la “mejor oferta” y lo condujo a un local comercial. Una vez dentro de la tienda, el turista fue despojado de dinero, tarjeta de crédito y una llave de la habitación del hotel donde estaba hospedado.
Este tipo de noticias se propaga como pólvora en Brasil y constituye un factor de espanto para recibir a los turistas. Mientras que los esfuerzos colectivos para contar con mayor flujo de visitantes quedan ensombrecidos por la inseguridad.
Esta problemática data de largo tiempo y se habían generado algunas iniciativas para contrarrestar los esquemas delictivos para asaltar a turistas. “Piraña Cero” se llamaba un operativo interinstitucional del año pasado que buscaba sacar de las calles céntricas a los falsos captadores de clientes de las tiendas.
Sin embargo, en menos de seis meses, las denuncias de asalto a visitantes están nuevamente en las noticias policiales. Aunque, no todos los casos son comunicados a la Policía, debido a que los afectados optan por abandonar rápidamente el país.
La economía de Ciudad del Este depende en gran medida del turismo de compras. Se trata de una cadena que involucra a los sectores del comercio, transporte, hotelería, gastronomía y de otros servicios.
En los últimos años ha mermado la cifra de visitantes y quedan en el recuerdo las imágenes de las avenidas céntricas de la ciudad abarrotadas de turistas compradores. La reducción del movimiento se debe a varios factores, incluyendo el aspecto de seguridad.
Si se pretende recuperar el flujo de turistas, queda pendiente un arduo trabajo para erradicar los esquemas criminales instalados en el circuito comercial para perjudicar a los visitantes. Para el éxito de esta tarea, debe ser una iniciativa mancomunada entre sector privado y público y sostenida en el tiempo. Una ciudad que cuidas a sus turistas, cuida su economía.