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En un video que recorre en las redes sociales se puede apreciar claramente que Alejo Ríos Medina, habla de manera autoritaria y con gestos retóricos hacia el jefe de la dependencia con el fin de obligarlo sacar de la celda al edil departamental.
No hay dudas de que hubo un claro caso de abuso de autoridad y una aparente usurpación de funciones públicas, en vista a que usó el cargo de un Fiscal y Juez para proceder sobre un detenido que en ese entonces ya se encontraba imputado.
La actitud prepotente del gobernador demuestra que la influencia política y el abuso de poder sigue tan vigente como incluso en épocas de la dictadura que retrasó y afecto por años a miles de paraguayos.
Esta situación también viola abiertamente la Constitución Nacional, que en su artículo 46 habla de la igualdad de las personas y en el artículo 47 sobre las garantías de la igualdad ante las Leyes. Esto indica que por ser una autoridad no tiene por qué ser tratado de manera diferente a un paraguayo sin investidura y que debe ser sometido bajo las mismas condiciones y procesos en caso de incurrir en un delito o crimen establecido en el Código Penal Paraguayo.
La situación indica que la influencia política, el tráfico de influencias y la injusticia siguen tan vigentes como en años anteriores. Las autoridades políticas de turno aún pretenden manejar a su antojo estamentos estatales y dejar de lado a su gente.
La ciudadanía debe aprender a estar en una misma sintonía y denunciar las irregularidades en que incurren las autoridades de turno. De la misma forma, debe de tener un recuerdo a largo plazo y utilizar el voto castigo en las elecciones municipales y nacionales y desechar a los prepotentes y autoritarios.