Los políticos y la política de los hipócritas

Los políticos han convertido a la política en un mundo de hipocresías. En un juego en que todo se finge. Los hipócritas fingen pensar en los demás cuando solo piensan en sí mismos; fingen trabajar para la sociedad cuando solo hacen electoralismo; fingen “escuchar al pueblo” cuando lo que dice el pueblo les importa un rábano.

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Con esa dinámica de fingimientos lograron convertir a la ciudadanía en una multitud domesticada que vende su voto por baratijas, para luego arrastrar su miseria mientras sus “líderes” multiplican los males del país.

Triste destino el de este segundo país más corrupto de Sudamérica, solo superado por el del tiranuelo tropical digno de Woody Allen.

La hipocresía se multiplicará en el 2022, otro “año electoral”. Ya se apunta a las internas e inmediatamente después al gran botín del 2023. El país se derrite en el fuego de unas perspectivas que asustan: inflación, analfabetismo, pobreza, corrupción, inseguridad, injusticia, insalubridad, hipocresía. Mientras, en la vieja y ladina ANR disputan la candidatura mayor dos personajes que nos aseguran más de lo mismo.

Seguiremos criando analfabetos funcionales frutos de una educación que anula el pensamiento crítico (los exámenes, por ejemplo, son simples juegos de adivinanza en los que no se argumenta, sino se “acierta”); continuaremos desperdiciando esa prodigiosa fuente de desarrollo que pudo haber sido Itaipú y que los políticos (colorados y de los otros también) convirtieron en una caja de recursos que enriquecieron obscenamente a los cultores de la política cuajada de hipocresía.

Se perpetuará la depredación ambiental que hará del Paraguay un erial ceniciento; terminaremos buscando de dónde importar agua así como hoy importamos naranjas, un producto que era un patrimonio productivo paraguayo.

Arreciará la inseguridad callejera en la que pobres matan a pobres, y la insegur4idad jurídica, en la que poderosos roban a pobres con una impunidad ostentosa resguardada por fiscales y jueces cada vez más peligrosos.

Perseveraremos en el marco de un sistema de salud apuntalado por pollos y hamburguesas para la ciudadanía común, y por oportunos convenios de lujo mediante los cuales el Estado (es decir, la ciudadanía en general) debe pagar el tratamiento de privilegiados de la fructífera hipocresía.

De que esto será así, existe la cuasi seguridad observando las características de los dos candidatos colorados, herederos de la misma hipocresía histórica. Queda por saber qué opción hay en la vereda de enfrente, donde de buenas a primeras se observa un mosaico variopinto en el que asoman algunas actitudes que rozan el mesianismo.

Y después hay que pensar en el Legislativo, el campo en el que se dará la madre de todas las batallas respecto a un cambio pos 2023.

Un paso hacia alguna evolución posterior será identificar a hipócritas y a hipocresías y concienciar a quienes venden su voto a cambio de la mediocre pitanza de un día que luego se convertirá en hambre morosa. Un hambre que no se finge, sino que es el fruto de la hipocresía tolerada.

nerifarina@gmail.com

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