Covid e intereses

Dos casos que tomaron estado público la pasada semana confirman que el proceso de toma de decisiones sobre las medidas anticovid en el mundo se encuentra escandalosamente contaminado por conflictos de intereses que arrojan dudas graves acerca de la legitimidad de dichas medidas.

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El primero de ellos es la relación de la oncóloga Sue Desmond-Hellmann con la “Fundación Bill y Melinda Gates” que, a través de las fundaciones “GAVI” y CEPI”, dirige el mecanismo COVAX. Ella era su principal ejecutiva (CEO) hasta 2020. Pero hasta 2019 había sido también directora de Facebook y desde 2020 es directora de Pfizer, la mayor productora de vacunas anticovid del mundo.

COVAX distribuye vacunas. Facebook censura cualquier pregunta que se haga sobre vacunas. Pfizer vende las vacunas a precios secretos y con cláusulas secretas que le garantizan impunidad.

El segundo son las relaciones de James C. Smith, quien fue hasta 2020 el principal ejecutivo (CEO) de la Thomson Reuters, que controla una de las principales agencias de noticias del mundo. También forma parte, con Desmond-Hellmann, del directorio de Pfizer y forma parte del consejo internacional de negocios del Foro Económico Mundial, la organización que propone abolir la democracia como método de gobierno y su reemplazo por una gobernanza corporativa.

Justamente por eso, el Foro denominó a su 50va periodo de sesiones, realizado en Davos entre junio de 2020 y enero de 2021, “The Great Reset” (el gran reinicio) y esa misma denominación se propuso para la de medio año de 2021, postergada para este año.

“CEPI”, fundada en 2017, es el nexo formal de la Fundación Bill y Melinda Gates con el Foro Económico Mundial para el tema vacunas.

Reuters censura cualquier pregunta que se haga sobre vacunas y el Foro Económico Mundial dicta recetas anticovid a gobiernos cuyos miembros desean un buen retiro. Y Pfizer vende las vacunas a precios secretos y cláusulas secretas que le garantizan impunidad.

La relación de beneficios comerciales entre GAVI y Pfizer ya fue denunciada en agosto de 2019 por “Médicos Sin Fronteras”, que hizo público que GAVI servía para que Pfizer obtuviera enormes subsidios encubiertos denominados “Advance Market Commitment”, un “adelanto” de fondos públicos a cambio de posibles rentas futuras surgidas del desarrollo de nuevos productos.

Debe ser porque Pfizer “contribuye” a las finanzas de muchos políticos norteamericanos. En 2021, Pfizer hizo contribuciones a doscientos veintiocho miembros del Congreso de Estados Unidos y financió las campañas de mil cuarenta y ocho candidatos en elecciones diversas.

Según el Financial Times, Pfizer ganó en 2021, por la venta de sus vacunas a precios secretos, treinta y seis mil millones de dólares, el doble de lo que ganó su principal competidor, Moderna. Pfizer controla ya más del setenta por ciento del mercado mundial.

No existe razón alguna para descartar que numerosas decisiones impulsadas en nuestro país con respecto al covid, decisiones absurdas como pedir certificado de vacunas que no previenen el contagio para entrar al país o el discriminatorio e inconstitucional pase sanitario, sean el resultado del empuje de gente con conflictos de intereses ocultos, o “aportes” como los que Pfizer acostumbra en Estados Unidos.

evp@abc.com.py

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