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En el 2020, en plena pandemia, 1.945 personas fueron diagnosticadas con esta enfermedad, relacionada mayormente a las mujeres y casi 600 personas perdieron la vida a causa del cáncer de mamas, lo cual la convierte en la primera causa de decesos en personas que parecen cáncer.
Esta dolencia también se presenta en los hombres, aunque en menor frecuencia. Hablar del cáncer de mamas todavía representa un tabú en algunos círculos y esto se agrava cuando la persona afectada es un hombre quien se enfrenta a la enfermedad propiamente y a los prejuicios propios y los de la sociedad.
Un gran obstáculo sanitario es el acceso al servicio integral para tratar esta enfermedad. El año 2020 fue particularmente retador pues todas las energías se concentraron en la lucha contra el covid-19. Así, los servicios destinados a otras enfermedades quedaron en segundo y hasta en tercer plano, debido a que frenar la mayor cantidad de contagios era la prioridad.
Por el otro lado, el alto costo que demanda el tratamiento de cáncer de mamas fue y sigue siendo, otro gran reto. En nuestro país existen 22 hospitales públicos que ofrecen el servicio de mamografía (herramienta fundamental para la detección precoz, después del autoexamen de senos) sumados a otros 14 del IPS. E
stos números no son suficientes para cubrir toda la demanda de personas que requieren el servicio, al menos una vez al año a partir de los 40 años. De ese número también hay que descontar los mamógrafos que no funcionan.
Por eso es que al contexto de salud pública se suman iniciativas de la sociedad civil como el caso de FUNCA (Fundación Unidos contra el Cáncer) que realizó trabajos contención, así como de asistencia a personas que padecen esta enfermedad y que con obras y actividades benéficas busca recaudar fondos para seguir ayudando a pacientes en su lucha.
Es hora de que, pasada esta pesadilla del covid-19, las autoridades proyecten implementen políticas sanitarias que aseguren el acceso a los servicios de salud preventiva y que las campañas que se enfatizan en un mes específico con un color específico se extiendan por todo el año para salvar vidas de hombres y mujeres diagnosticados con esta enfermedad.
Que la vida siempre sea en rosa.