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Al ver las pirámides de Egipto, una persona podría quedarse contemplando las maravillosas obras de ingeniería de esos magníficos edificios. Sin embargo, si esa persona se pone a investigar y pensar podría ver que esas edificaciones representan mucho más que maravillosas obras de ingeniería.
Los faraones, en el antiguo Egipto, gobernaban bajo el absolutismo, como dioses en la tierra, y podían ordenar, si era su voluntad, el esfuerzo de toda la población para alcanzar sus deseos. El pueblo les debía adoración. Además, en el antiguo Egipto existía la esclavitud. Así fue como los faraones decidieron llevar a cabo estas obras maravillosas para su adoración mediante el trabajo forzado y brutal de miles de personas.
Las pirámides de Egipto no son solamente obras maravillosas de ingeniería. Esas obras representan el sistema político y social de esa época.
Itaipú Binacional es una maravillosa obra de ingeniería llevada a cabo por dos países, Paraguay y Brasil, con el objetivo de aprovechar las aguas del río Paraná para generar energía eléctrica. Esa obra se llevo a cabo mediante la firma de un tratado entre dos gobiernos militares autoritarios. Así se puede entender que durante tantos años esa Entidad Binacional se haya negado a dar acceso a la información a los pueblos de Paraguay y de Brasil, que son los verdaderos mandantes de las altas partes contratantes. La Itaipú Binacional tampoco es solamente una obra maravillosa de ingeniería, sino que también representa el sistema político y social de la época en la que fue creada.
Los regímenes autoritarios se caracterizan por la discrecionalidad, la falta de control y el cumplimiento de la voluntad del líder, caudillo o dictador. La democracia debería tener otras características. En la democracia debería existir la regla de la ley para todos, la transparencia, el fácil acceso a la información, la rendición de cuentas (accountability) y la institucionalidad.
Hace pocos días, la Contraloría General Paraguaya dio a conocer el resultado de un examen especial que lleva haciendo hace más de diez años. Le tomó tanto tiempo porque, entre otras cosas, se vio con muchas dificultades para obtener información de Itaipú. En ese informe de la Contraloría se habla de una deuda ilegal que supera los 4 mil millones de dólares. Este monto es prácticamente el doble de la deuda asumida por Paraguay para enfrentar la pandemia de covid-19. Es una enorme cantidad de dinero y solamente se refiere a una parte específica de la deuda, bautizada hace mucho tiempo por ABC Color como deuda espuria.
Es hora de que Itaipú Binacional se adecue a la democracia y abra sus puertas para que los verdaderos mandantes de las altas partes (los pueblos de Paraguay y Brasil) y sus instituciones de control adquieran toda la información que consideren necesaria. Además, las autoridades que representan a las altas partes en Itaipú deberían rendir cuentas de sus administraciones ante la ciudadanía facilitando el acceso a la información. Por último, pero por sobre todo, la justicia debería funcionar para que los delitos cometidos por las autoridades y poderosos no terminen en la impunidad, que es otra característica de los regímenes autoritarios. Ninguna persona o grupo debería estar por encima de la ley porque controla o influye determinantemente en el funcionamiento de la justicia.
Christine Folch. Profesora de antropología cultural, ciencias y políticas ambientales.