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“No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo”. Voltaire
Para llegar a sus conclusiones CADEP realizó un estudio utilizando una metodología definida para la obtención de los datos, trabajando sobre esos datos y obteniendo resultados. Para que una publicación llegue a ser más que una simple opinión es necesario que se realicen estos presupuestos y que sean explicados, como lo hizo CADEP.
Vimos la reacción del gremio de las tabacaleras en Paraguay criticando la forma de obtención de los datos y las conclusiones del estudio, amenazando con iniciar demandas judiciales contra el CADEP por la publicación de sus estudios y de sus resultados. Además, observamos varios ataques en medios de difusión y en las redes sociales contra CADEP y contra las investigaciones sociales y científicas.
Esta situación representa un buen problema, “good trouble”, como diría John Lewis, reconocido luchador por los derechos civiles en Estados Unidos, que sirve para abogar por la libertad de pensamiento, por la libertad académica y, sobre todo, por la libertad de expresión.
Nuestra intención no es defender a CADEP, ni a su estudio. Tampoco nuestra intención es atacar a las tabacaleras. Pero sí es indispensable defender el derecho de elaborar estudios con metodologías determinadas y la publicación de estos estudios y de sus resultados. La investigación es fundamental para una comunidad, para un país, para una región y para el mundo.
Las publicaciones de estudios de investigación tienen como finalidad el escrutinio público, la crítica, la ampliación, la refutación, la corrección, el mejoramiento, la adhesión, las sugerencias, las referencias, etc. Los mecanismos de control para el pensamiento metódico se encuentran dentro de la ciencia. Sería un gran retroceso judicializar al pensamiento metódico y a la ciencia.
Los valores democráticos y la necesidad de dialogo exigen el reconocimiento de opiniones diferentes, de opiniones que puedan ir contra nuestras creencias más profundas e, inclusive, de opiniones que sean contrarias a nuestros intereses. Los tiempos del oscurantismo, de la persecución de las ideas, de la persecución del pensamiento, de los ataques contra la investigación y la ciencia, de los ataques contra la libre expresión siempre serán malos tiempos. Tal vez la enseñanza más importante que nos dejó el caso histórico de Galileo Galilei es que se puede buscar acallar o frenar a la ciencia, sin embargo ésta siempre seguirá en movimiento.
Ph.D.
Profesora de Antropologia Cultural y Ciencias y Políticas Medioambientales.
Duke University