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¿Para qué? Pues para maquillar “verdades”, introducir “caballos de Troya” en la opinión pública y desde luego: mentir y desinformar aprovechando el escaso espacio de análisis que produce el aluvión informativo que soportamos todos los días, a toda hora y sin ningún control.
En estos días, está circulando un video que refiere una comparación entre el progreso de Chile y la decadencia de Venezuela. Con una visión simplista remitida a generalizar fenómenos que son mucho más complejos.
A propósito de lo mismo, un amigo se molestó porque le repliqué -cansado de que a cada rato explotara contra “esos zurdos de mierda”- que me parecía mal que pretendiera desvalorizar a la izquierda, a toda la izquierda, con el apelativo de “zurdo”. Tanto como más antes se catalogaba de “bolche” a cualquiera que manifestara su desacuerdo con el gobierno. El que sufriéramos entonces.
Lo de mi molestia sucedió hace poco tiempo y al momento, concedí a dicho amigo las siguientes razones:
1º Es lo mismo que calificáramos de “facho” a todos los que se encuentren a la derecha del centro.
2º O si igualamos a los militantes de derecha, con los simpatizantes de cualquiera de las dictaduras de derecha del mundo: las de ayer (civiles o militares) como los “democráticas dictaduras” de hoy.
3º Que si hiciéramos un inventario de las dictaduras de derecha, vamos a encontrar que han existido muchas más que las de izquierda. Y han hecho más daño y han provocado más víctimas. En toda la historia.
4º Y habrá que recordar igualmente que cuando coexistían los Franco y Salazar de Europa con las dictaduras anticomunistas de América del Sur y Centroamérica (de derecha, todas ellas), muchos gobiernos socialistas en Europa, contaban con grandes líderes presidiendo gobiernos. Los que propiciaron y concretaron conquistas sociales y democráticas que fueron y son aún hoy, referentes para el resto de los gobiernos del mundo. Y me refiero especialmente, a países como Holanda, Gran Bretaña, Francia, Italia, Alemania y a los de Escandinavia,
5º Que si hacemos cuentas más precisas, tendremos que reconocer que el mundo está como está, no porque la Unión Soviética haya sido la única República Comunista del globo durante 72 años (de octubre de 1917 a noviembre de 1989); o porque el sistema rigiera en sus llamados satélites de la “órbita soviética” tras la 2ª Guerra Mundial. El resto del tiempo, hubo sólo monarquías y déspotas de derecha que sojuzgaron a sus pueblos durante centurias. Y que si ellos hubiesen sido más justos y menos ambiciosos, no habría izquierda ni comunismo que “lamentar”, en todo el mundo.
Ya dejando a mi amigo y su encono contra los “zurdos” en paz, debe notarse que a muchos factores del poder en nuestros país, principalmente a periodistas y propietarios de medios de prensa, les resulta provechoso calificar a muchos dirigentes de la “izquierda nacional” (incluyendo a dirigentes campesinos o gremiales) con el calificativo de marxistas… cuando estos señores no hayan leído JAMÁS algún libro de Marx o de Hegel (yo tampoco). Como también y por lo que se ve, tampoco son ortodoxos seguidores de las teorías sociales de los mencionados. Por lo que de marxistas tienen lo que yo de ojos azules.
Este fenómeno se debe tal vez, a la demasiado infantil intención de pretender el desprestigio del diferente u opuesto, calificándolo de lo que no es. Aunque los mencionados dirigentes suelen apelar -esto es innegable- a un vocabulario de los’70, gua’u anti imperialista y agresivo contra cualquiera que cuente con algún patrimonio y forme parte de algún colectivo empresarial.
Y retornando finalmente hacia el video de marras, el mismo -además de falaz- simplifica y generaliza los motivos por los que Chile y Venezuela se encuentran en la situación actual. Porque el sagaz relator omite decir que en el país tras andino, TAMBIÉN hubo gobiernos de izquierda después de Pinochet. Y el progreso del que pueda gozar hoy, es un proceso que abarcó todas las administraciones de la pos dictadura. Algunas mejores que otras … pero el progreso actual NO ES sólo producto del genio de los gobiernos de Salvador Piñera.
Como se omite mencionar que Venezuela, sufre hoy la consecuencia del poder conferido a la banda de delincuentes liderados por Chávez y secuaces, es cierto. Pero nacidos de la corrupción de “partidos democráticos” que, como en el resto de América (Argentina, Perú, Ecuador, Bolivia, Brasil), permitieron la emergencia de gobiernos populistas, mediocres y corruptos. Algunos también “más peores” que otros y ¡todos ellos! fueron la causa, cuando no actores y protagonistas, de lo que vino después …
Dos últimas consideraciones a propósito:
1. Si uno está enfermo y desea curarse, tiene que contar con un diagnóstico preciso de sus males. Si no es así, no va a poder administrarse la medicina correcta. El fenómeno es igualmente aplicable a las naciones y sus pueblos.
2. Muchas personas pueden ser de izquierda, de centro o derecha (sin apelativos despectivos); y al mismo tiempo pueden resultar aptas para la convivencia democrática: equilibradas, decentes, honestas y patriotas. En los tiempos que corren, la cuestión no tiene mucho que ver con la orientación ideológica. Sino de salvar -literalmente- al mundo: de la hecatombe ambiental, de los extremismos terroristas, del consumismo alocado, del crimen organizado y otros males planetarios. Es decir, de aquellos que exceden los territorios nacionales o son, directamente, intercontinentales.
Y en camino a salvarnos de los males mencionados, sería mucho mejor y más conveniente, IR DEPURANDO nuestras sociedades, a nuestros colectivos y gremios -incluidos clubes deportivos y ronda de amigos- de los racistas, xenófobos, homófobos, violentos y maltratadores de mujeres. Para pasar a optar entre corruptos u honestos y eficientes para nuestros gobiernos. Para estos propósitos, la diferencia entre izquierda o derecha; zurdos o fachos, deja de tener demasiada importancia.