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Para la mayoría de la población, los médicos, enfermeras, laboratoristas y otros funcionarios que se encuentran en la primera línea en la titánica y larga lucha son héroes. Es por eso que se comprende el enojo y la indignación de los usuarios de Salud Pública en Cordillera al ver videos y fotografías de las condiciones insalubres y hasta si se quiere infrahumanas en las que se encontraban trabajando médicos y enfermeras de la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) del Hospital Regional de Caacupé, nosocomio de referencia donde son atendidos los pacientes con casos respiratorios de la zona.
Las seis camas de la UTI se encuentran permanentemente ocupadas por pacientes intubados y con diagnóstico positivo de covid-19. Sin embargo, el área de monitoreo y sala de médicos y enfermeras estuvo sin agua potable más de dos semanas.
La recomendación del Ministerio de Salud es que toda persona que se encuentra en un área de riesgo debe lavarse las manos, como mínimo, cada dos horas. Al personal de salud se le exige que el lavado y desinfección sea más frecuente cuando se trata con pacientes con diagnóstico positivo del covid-19.
Sin embargo, los médicos no contaban con el líquido vital para poder cumplir este punto del protocolo del Ministerio de Salud Pública. Debían ir a otras áreas para la desinfección.
Sus pocos minutos de descanso hacían sobre colchones tirados en el piso en una sala quirúrgica en desuso y sucia. Recién luego de que un video en el que se muestra esa situación fuera viralizado y de que el hecho fuera publicado por la prensa el lamentable problema fue subsanado.
Es una pena que los héroes actuales sean tan maltratados por un sistema de salud minado de corrupción en plena pandemia.