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Doña Eusebia Maíz tenía 33 años y vivía en Azotey, Concepción. El 4 de setiembre del 2012 dos encapuchados del EPP la arrancaron de entre sus pequeños hijos, la llevaron al fondo y la asesinaron. Se oyeron disparos y una fuerte explosión. A la humilde mujer le pusieron una granada en la boca y la detonaron dejándola mutilada. Doña Eusebia no era una oligarca.
Franz Wiebe tenía apenas 17 años y estaba cultivando la tierra con su patrón en la zona de Río Verde cuando lo secuestraron el 27 de julio del 2016. Era menor de edad y había dejado la escuela para ayudar a su familia. Su padre hombreó bolsas de víveres que juntó la colectividad menonita para repartir, como exigencia del EPP, ya que nunca pudo juntar plata. Franz no era un oligarca.
Edelio Morínigo era un modesto policía casado con una enfermera de Arroyito. El 5 de julio del 2014 se fue a cazar con sus amigos. Para su desgracia, se cruzaron con el EPP que liberó a todos menos a él. A Edelio también amenazaron con fusilar y enviaron una sola prueba de vida; lleva seis años sin volver. Edelio no era un oligarca.
Don Abraham Fehr era un agricultor de 38 años que fue secuestrado el 8 de agosto del 2015 en Tacuatí mientras cosechaba maíz junto con dos de sus hijos y un ayudante. El EPP nunca dio prueba de vida de él; don Abraham fue asesinado mientras estuvo secuestrado, entregaron su cuerpo envuelto en una hamaca donde posiblemente murió. Dejó huérfanos a cuatro niños rubios como el sol. Mucho después se supo que murió seis días después de ser secuestrado, al atardecer. Don Abraham no era un oligarca.
El 27 de agosto del 2016 ocurrió uno de los mayores ataques del grupo criminal. Un camión que llevaba soldados en su carrocería fue emboscado con una bomba enterrada en el camino. Los criminales del EPP subieron al vehículo y ejecutaron a los que aún sobrevivían. Eran todos soldados de humildes familias. No eran oligarcas.
Definitivamente, no eran oligarcas ninguno de los aquí mencionados como tampoco lo fueron los guardias, peones de estancia, capataces e inocentes que forman parte de los 67 asesinatos cometidos hasta hoy. Oligarca, perteneciente a clases sociales privilegiadas que se apropian del poder. Oligarca, la palabra que el EPP esgrime para justificar sus fechorías.
Según recuento de ABC Color, el EPP cometió 137 golpes, apareció 70 veces en 42 estancias, perpetró 13 secuestros y mató a 67. Con sus plagios, recaudó unos US$ 3.730.000. A esto deberíamos agregar que la mayor cantidad de secuestros ocurrió bajo el gobierno de Horacio Cartes (nueve secuestrados). Uno sucedió bajo el gobierno de Luis González Macchi, dos durante la época de Nicanor Duarte Frutos y uno en la era Fernando Lugo.
Un rotundo fracaso: ninguno de todos los presidentes anteriormente mencionados ha tenido éxito en el combate al EPP. Todos se jactaron de victorias nunca ocurridas, agendas que les eran marcadas, muertos que enterrábamos, secuestros cuyos rescates igual pagábamos y financiamientos para una lucha sembrada de chascos. Sin embargo, DE LEJOS, la mayor de las derrotas ciudadanas no es la derrota en los bosques… Es cuando logran vencer el valor moral de la razón e instalan sus falsos mensajes populistas para secuestrar y matar.