El lanzamiento precipitado por parte del oficialismo de la candidatura a presidente del actual vicepresidente Pedro Alliana para el periodo 2028-2033, puede interpretarse de diversas maneras. Tal vez solo sea un intento de desviar la atención ante el tendal de noticias negativas contra la actual administración, que exponen diariamente ante la opinión pública la avidez de varios referentes del Gobierno por beneficiarse en forma particular del dinero público.
Las elecciones presidenciales en Estados Unidos ya están en capilla. El 5 de noviembre se dirimirá una muy reñida contienda entre la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump.
Conforme con la definición académica, prepotente es quien abusa de su poder, de su autoridad o hace gala de estos. Viene del latín praepotens, praepotentis –muy poderoso, excesivamente poderoso, que puede más–. El que se siente poderoso o influyente e impone su poder o autoridad. En otras palabras, se siente superior a los demás. Lo que vale para el prepotente, es dejar en claro quién es el que manda.
El ilustre jurista Carlos A. Caroni, en 1950 escribió: “cinco son los caracteres que se advierten en la legislación laboral del Paraguay: 1) es incompleta; 2) es doctrinariamente divergente; 3) es deficiente; 4) está atrasada; 5) carece de sistematización lógica y científica.
Las becas deportivas son una ayuda económica que se conceden a los deportistas para su preparación de cara a las competencias nacionales o internacionales. En Paraguay, las asignaciones son otorgadas por la Presidencia de la República, a través de la Secretaría Nacional de Deportes (SND), a los atletas de alto rendimiento, en diferentes categorías, como el apoyo económico, pasajes, viáticos, seguro médico y el soporte de todo el equipo metodológico y multidisciplinario.
Epifania Raquel Sanabria fue asesinada por su marido al ser descubierta en un aparente acto de infidelidad. La noticia, como la mayoría de los sucesos de este tipo, acaparó tiempo de aire y obtuvo infinitas reproducciones, generando un sinnúmero de comentarios que justificaban el asesinato porque la mujer “se lo buscó”, centrando el debate en la moralidad de la muerta y obviando totalmente el hecho de que el autor fuera un agente de la Policía.