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Debido a las condiciones climáticas adversas, la siembra de la campaña sojera 2024/25 se desarrolló de manera dispareja, con zonas del sur registrando mejores avances frente a la situación en el norte, que se vio muy afectado por las escasas lluvias, según explicó la Unión de Gremios de la Producción (UGP). Este mismo escenario se observa en el inicio de la cosecha que, aunque aún es incipiente, ya empieza a arrojar resultados “dispares”.
“Si fue dispar la siembra, los rendimientos iniciales también lo serán, pero no está ahí la principal preocupación, que es la falta de lluvias importantes. Eso es lo que está poniendo en jaque los resultados de la cosecha. Si no se registran lluvias en las próximas semanas, se va a complicar el escenario”, expresó Héctor Cristaldo, titular del gremio, en conversación con ABC.
La cosecha masiva del ciclo sojero tomará fuerza tras la quincena de enero y, por el momento, los primeros resultados muestras rindes de entre 2.000 kilogramos por hectárea y 3.000 kilogramos por hectárea, lo que varía de acuerdo con la zona. “Aún no son indicadores y, más aún, con la incertidumbre que se genera por la falta de lluvias”, añadió.
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En un buen año para la soja, los rendimientos por hectárea pueden alcanzar un promedio de entre 2.900 y 3.000 kilogramos por hectárea. No obstante, desde la UGP, ya adelantaron que el ciclo 2024/25 no alcanzará dichos resultados debido a los numerosos desafíos climáticos.
“Ya podemos ir proyectando que no será una zafra plena ni con los mejores rendimientos. Aunque, después de la llegada de las precipitaciones, recién se podrá realizar una mejor evaluación”, precisó.
Mayor afectación en el norte
A lo largo de la campaña agrícola, las zonas más afectadas por las condiciones climáticas adversas fueron San Pedro, Caaguazú y Canindeyú, según los reportes. En este escenario, hay gran incertidumbre respecto a lograr una producción total de 10,5 millones de toneladas de soja, tal como se tenía previsto.
“Para determinar cuánto será el volumen total, hay que esperar las lluvias. Pero, difícilmente, se alcancen los rendimientos de un año normal. Es adicional la incertidumbre porque el déficit de precipitaciones persiste en la etapa crucial de desarrollo de cultivos, que es la formación de vainas y llenado de granos”, analizó.
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Además de la soja, otros cultivos como el maíz, sésamo y la mandioca también enfrentan grandes desafíos a raíz de la falta de precipitaciones, de acuerdo con los datos que proporcionó el gremio.