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El mercado bursátil paraguayo ha experimentado una notable evolución en los últimos años, marcando hitos significativos en su consolidación y expansión. Dentro de este ecosistema, la Bolsa de Valores de Asunción (BVA) se ha posicionado como un actor clave en el desarrollo financiero del país, facilitando el acceso a capital para empresas y ofreciendo opciones de inversión diversificadas para particulares e instituciones.
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Evolución histórica
En 2019, la meta del mercado era cruzar la barrera de los US$ 1.000 millones en volumen de negocios y lo superó con creces, cerrando con un récord histórico de US$ 1.025 millones negociados. Este éxito es resultado del crecimiento promedio anual del 62% en el período 2014-2019, impulsado por desarrollos como la desmaterialización de acciones y un mercado secundario más dinámico. Desde ese año al ejercicio actual, son muchos más los jugadores y las casas de bolsa que su sumaron al segmento, reflejando el potencial de inversión y la seguridad del ecosistema de valores paraguayo.
En lo que va del 2024 el mercado ya está moviendo la suma de US$ 6.000 millones (considerando el cambio actual), lo que se traduce en un crecimiento del 600% en los últimos cinco años. Comparativamente, cada mes de este año superó ampliamente a los volúmenes del año pasado, a excepción de enero que se mantuvo parejo, principalmente por el nulo movimiento del segmento a principios de cada año. Teniendo en cuenta la crisis económica del 2019 y la época de pandemia en 2020, este hito es sumamente significativo para el sector.
Panorama general
Al cierre de noviembre de 2024, el volumen total negociado desde enero en la BVA alcanzó los G. 46,8 billones, reflejando un crecimiento acumulado del 41% en comparación con el mismo período del año anterior. Este incremento destaca el dinamismo del mercado, impulsado principalmente por el aumento en la negociación de bonos y fondos de inversión. Cabe destacar que, aunque a inicios de noviembre el volumen mostró una leve disminución del 2,60% respecto al mes anterior, hacia el final del mes logró recuperarse, cerrando con una variación positiva del 1,83%.
Según el último informe mensual de la BVA, el mercado secundario lideró con un 86,7% del volumen negociado, mientras que el mercado primario se quedó con el restante 13,3%. En cuanto a las monedas, las transacciones en guaraníes predominaron como es habitual, representando el 61,6%, seguidas de las realizadas en dólares con un 38,4%. Por más de que normalmente se observa un equilibro entre ambas divisas, la leve tendencia al guaraní refleja la confianza en la moneda local y la preferencia por el dólar como activo seguro en un contexto de volatilidad global.
Principales emisores y sectores
En cuanto a los emisores más relevantes de noviembre, se incluyeron a entidades financieras como el Banco Itaú Paraguay S.A., el Banco Basa y Sudameris Bank. Estos actores desempeñaron un papel crucial en la colocación de bonos y otros instrumentos de renta fija. Además, empresas del sector privado como Cecon S.A.E. y el Frigorífico Concepción se destacaron por sus emisiones orientadas a financiar proyectos de expansión.
En términos de volumen acumulado, el Ministerio de Hacienda lideró la lista con más de G. 1 billón negociados, seguido por Sudameris Bank y Cecon S.A.E. Este predominio del sector financiero y del gubernamental subraya la importancia de la emisión de deuda como mecanismo de financiamiento en Paraguay, al tiempo que refleja la confianza de los inversionistas en estos emisores.
El sector público desempeñó un rol protagónico con emisiones significativas, destinadas principalmente al financiamiento de proyectos de infraestructura. Por otro lado, las empresas privadas utilizaron el mercado bursátil para diversificar sus fuentes de financiamiento, destacando iniciativas en sectores como la construcción, la energía y los servicios.
Desempeño por instrumentos financieros
Los bonos continúan siendo ampliamente el instrumento más negociado, representando un 96,6% del total del volumen. Las emisiones de bonos corporativos y soberanos ofrecieron tasas de interés competitivas, con un promedio del 7% al 13% dependiendo del emisor y el plazo. Por ejemplo, el Banco Itaú emitió bonos con tasas que oscilaron entre el 7,20% y el 9,30%, con vencimientos de hasta cinco años, atrayendo tanto a inversores institucionales como a minoristas.
Los fondos de inversión también mostraron un crecimiento destacado, reflejando el interés creciente de los inversionistas por diversificar sus carteras. Estos fondos, administrados por gestoras como Cadiem y Avalon, registraron un aumento en su volumen negociado, consolidándose como una alternativa atractiva frente a los instrumentos tradicionales.
Contrastando, las acciones aún representan una porción menor del mercado, con una participación del 2,8% en el volumen total. Aunque su crecimiento ha sido más lento, las iniciativas para fortalecer la liquidez y fomentar la participación de nuevas empresas emisoras podrían cambiar esta dinámica en el mediano plazo.
Perspectivas bursátiles
En conversación con René Ruíz Díaz, presidente de Avalon Casa de Bolsa, explicó que desde la empresa y el sector celebran los números auspiciosos de este cierre de ciclo. “Claramente la baja de tasas repercute en un mayor movimiento y volumen en el mercado local, además de que nuestra economía nacional se encuentra sumamente dinámica, acompañada de un gran número de proyectos que están siendo ejecutados en la actualidad”, afirmó.
Según Ruíz Díaz, los números son sinónimo de un trabajo bien hecho, sin embargo, desde el mercado apuntan a seguir creciendo agresivamente en los próximos años. “En algún momento este volumen de operaciones tiene que equivaler al 100% de nuestro PIB, y vamos a seguir trabajando para que eso sea así; esto es resultado también de todo el esfuerzo que estamos haciendo los agentes del mercado, incluyendo la BVA, casas de bolsa, emisores e inversores que siempre nos acompañan”, aseveró el profesional.
Igualmente, destacó que en los últimos años se viene observando un crecimiento importante de inversores a nivel bursátil, mientras el desafío actual radica en atraer un mayor flujo de emisores que se animen a usar a la Bolsa como su principal alternativa de financiamiento. “Esto, no solamente en términos de renta fija, sino apuntar a que en algún momento también crezca el mercado de renta variable de acciones; ese es un capítulo pendiente todavía en nuestra Bolsa y vamos a seguir esforzándonos para que esto se materialice”, sostuvo.
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Comparativas y tendencias
Si bien, en la última década se ve un crecimiento importante, el mercado bursátil paraguayo ha mostrado un salto exponencial desde 2020, con un aumento notable en el volumen total negociado. Este crecimiento ha sido respaldado por:
La digitalización de las operaciones bursátiles. La implementación de plataformas electrónicas ha facilitado el acceso al mercado para inversionistas locales e internacionales. Herramientas como el Sistema Electrónico de Negociación de la BVA han reducido los costos operativos y aumentado la eficiencia en las transacciones.
La diversificación de instrumentos financieros. La introducción de nuevos productos, como derivados financieros y fondos de inversión especializados, ha ampliado las opciones disponibles, permitiendo a los inversionistas ajustar sus estrategias según el perfil de riesgo y el horizonte temporal.
Un marco regulatorio más robusto. Las reformas recientes, lideradas por la Comisión Nacional de Valores (reemplazada por la Superintendencia de Valores), han mejorado la transparencia y la seguridad del mercado, atrayendo a más participantes y fortaleciendo la confianza en el sistema financiero.
Desafíos pendientes
A pesar de estos avances, el mercado todavía enfrenta desafíos importantes como:
- Baja capitalización del mercado: En comparación con otros países de la región, el mercado paraguayo sigue siendo relativamente pequeño. Esto limita su capacidad para atraer inversionistas internacionales y financiar proyectos de gran escala.
- Limitada participación de las pymes: La mayoría de las empresas emisoras son grandes corporaciones o entidades financieras, dejando fuera a un sector clave de la economía. Promover la inclusión de las pymes en el mercado bursátil podría diversificar la base de emisores y fortalecer el ecosistema financiero.
- Falta de cultura bursátil: Aún existe un bajo nivel de conocimiento sobre los beneficios de la inversión en bolsa entre la población general. Iniciativas de educación financiera podrían ser fundamentales para fomentar una mayor participación de inversionistas minoristas.
- Liquidez limitada en el mercado secundario: Aunque el mercado primario ha mostrado un crecimiento notable, el secundario aún enfrenta desafíos para aumentar su profundidad y liquidez, lo que podría mejorar la competitividad del mercado.
Visión a futuro
El segmento bursátil paraguayo tiene un potencial significativo para seguir creciendo. Las iniciativas para promover la educación financiera, junto con los esfuerzos por incluir a las pymes y desarrollar nuevos productos financieros, son pasos clave para consolidar este desarrollo. La diversificación de instrumentos, como los bonos verdes y los fondos indexados, podría atraer a una nueva generación de inversionistas.
Además, la integración con mercados internacionales y la mejora en la calificación de riesgo del país podrían atraer más inversión extranjera, ampliando la base de participantes en la BVA. En este sentido, la calificación “Baa3″ otorgada por Moody’s en 2024, que posiciona a Paraguay en grado de inversión, representa una oportunidad para fortalecer la confianza de los inversionistas globales. En el ámbito tecnológico, la incorporación de herramientas basadas en blockchain y la automatización de procesos podrían transformar radicalmente el mercado bursátil local, aumentando su transparencia y eficiencia.