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La Ley N° 6977 del 2023 tiene como objetivo promover el fomento, generación, producción, desarrollo y utilización de energía eléctrica, especialmente a partir de fuentes no hidráulicas en el territorio. La normativa establece disposiciones para el otorgamiento y funcionamiento de licencias para autogeneradores de energías renovables no convencionales, dando paso a la regulación de energía solar y eólica, como un camino hacia la estrategia de diversificación de la matriz energética, incentivando el desarrollo de nuevos proyectos de inversión.
En febrero pasado, mediante Decreto N° 1168, se aprobó el reglamento de la ley. La ministra de Obras Públicas, Claudia Centurión, dijo al respecto: “A partir de la reglamentación podemos sumar al sector privado en esta generación de energía, dando pasos agigantados hacia la innovación y al fomento de nuevas industrias”.
Proyectos en camino
El Gobierno ha comenzado a permitir la participación de empresas privadas en la generación de energías renovables. Un ejemplo son los permisos otorgados a Paracel y La Betty para generar y vender energía. Estos buscan la diversificación de la matriz energética, incorporando la cogeneración y la energía solar, respectivamente.
El Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) otorgó la licencia definitiva a la empresa La Betty S.A. en el 2023 para autogenerar energía eléctrica solar en el Chaco, a través de una planta fotovoltaica en el distrito de Mariscal Estigarribia. El proyecto proveerá energía renovable para sistemas de riego destinados a la agricultura y también podrá inyectar el excedente de energía a la red eléctrica nacional. El proyecto generará 120 MW.
Por otra parte, la firma Paracel S.A. obtuvo la licencia para la coproducción de origen térmico (vapor). El proyecto de su planta de celulosa planea aprovechar el uso de eucaliptos para generar energía mediante cogeneración en la planta ubicada en el departamento de Concepción. Este proyecto recibió también la licencia del Gobierno para producir y vender energía de forma independiente. La producción estimada es de 220 MW.
Brasil abre las puertas
En el marco de la XI Semana de la Energía que se llevó a cabo en la capital pocos días atrás, el presidente Peña subrayó que Paraguay está implementando políticas energéticas a largo plazo, apoyadas en cooperaciones internacionales y recalcó el potencial del país para liderar la integración energética en América Latina y el Caribe. Asimismo, la titular del MOPC destacó los esfuerzos para diversificar la matriz energética, avanzar hacia la electrificación sostenible y maximizar la eficiencia en el uso de biomasa, con el gas natural como recurso de transición.
En mayo pasado, Paraguay y Brasil fijaron en US$ 19,28 por kilovatio al mes la tarifa que los brasileños pagarán por el uso del excedente de la energía de la hidroeléctrica de Itaipú. El pasado 2 de noviembre, Brasil anunció finalmente la apertura para la comercialización de energía paraguaya al mercado libre del país vecino sin intermediarios.
El titular del Ministerio de Industria y Comercio (MIC), Javier Giménez, sostuvo: “a partir de ahora, Paraguay se establece con toda su estabilidad, su grado de inversión, su mano de obra, su capacidad de producir, como un hub para que el día de mañana, no solamente vendamos la energía que tenemos disponible, sino que creemos toda una industria de nueva generación de fuentes de energía”.
Oportunidades y desafíos
El mercado eléctrico en Paraguay tiene características únicas a nivel regional, un gran potencial y desafíos específicos, siendo uno de los mayores productores de energía hidroeléctrica del mundo, gracias a las represas de Itaipú y Yacyretá, administradas en conjunto con Brasil y Argentina.
Aproximadamente el 99% de la electricidad proviene de fuentes hidroeléctricas, lo que permite tener una matriz energética casi completamente renovable y baja en emisiones de carbono. Sin embargo, Paraguay utiliza únicamente alrededor del 15% de la electricidad que produce, y el resto se exporta principalmente a Brasil y, en menor medida, a Argentina, generando ingresos importantes para el país.
Las Naciones Unidas en su documento “La prospectiva energética 2050 de Paraguay”, sostiene que el uso de la energía presenta valores muy diferentes, tomando en cuenta que el 39% del consumo final de energía se basa en combustibles fósiles importados que se consumen en motores de combustión interna en el transporte, mientras que la incidencia de la electricidad en el consumo final es del 17% aproximadamente y la biomasa es la principal fuente de energía para la industria. La mayor parte de la electricidad, el 64,2% de lo producido que es de origen renovable, es exportada a Brasil y Argentina.
La abundancia de energía y el bajo costo de producción se pueden convertir en un atractivo para la industria, especialmente para sectores intensivos en energía, como la minería de criptomonedas, la manufactura y la agricultura avanzada.
A pesar de la abundancia de energía, existen retos como la modernización de la infraestructura de distribución a nivel país para mejorar su cobertura y reducir las pérdidas altas en el sistema. La modernización es urgente para asegurar el manejo eficiente de la demanda futura y el crecimiento de la industria.
El mercado eléctrico sigue siendo mayormente controlado por el sector público, con poca participación privada en generación, transmisión y distribución de electricidad. La Administración Nacional de Electricidad (ANDE) es la entidad estatal que tiene el monopolio sobre la generación, transmisión y distribución de electricidad en el país, limitando la iniciativa privada.
La demanda de energía sostenible está creciendo en el mundo entero, y empresas privadas podrían ser clave en la instalación de sistemas de energías renovables, especialmente en zonas rurales o en industrias que buscan autogeneración.
Con el crecimiento de la demanda y la necesidad de una infraestructura más moderna y eficiente, hay oportunidades para que el mercado se abra más a la inversión privada en ciertas áreas. Aunque sigue siendo limitada debido al monopolio estatal, existen algunas oportunidades emergentes en áreas como la eficiencia energética, energías renovables y grandes consumidores de energía.
Una apertura del mercado podría potenciar las inversiones privadas, especialmente para mejorar la infraestructura y aprovechar al máximo el excedente de generación eléctrica.
América Latina genera el 62% de energía renovable
El promedio mundial en producción de energías renovables apenas alcanza el 30%, según el informe Global Electricity Review del grupo de análisis de datos Ember, que recopila información de 80 países, y que representan el 92% de la electricidad generada a nivel mundial.
América Latina y el Caribe generan el 62% de su electricidad a partir de energías renovables. La región puede convertirse en líder mundial en energías renovables si logra superar las barreras como infraestructura, la regulación y la adopción tecnológica. Con un enfoque en la sostenibilidad y la innovación, puede no solo satisfacer su demanda energética de manera limpia y eficiente, sino contribuir a la lucha contra el cambio climático.
La inversión en tecnologías, la mejora y modernización de la infraestructura y un marco regulatorio seguro son características que pueden generar un entorno más positivo para el crecimiento sostenible del sector energético en la región.
Líderes: Brasil, Chile y México
Después de China, Brasil es el segundo país con el mayor aumento de electricidad eólica. En el 2023 logró que el 13% de producción de su energía sea eólica. Según los datos de Ember, Brasil adoptó la electricidad eólica y solar después de la crisis de 2001, cuando las sequías restringían la hidroelectricidad. Impulsaron subastas para los proyectos de electricidad eólica y solar y contratos a precio fijo, impulsando la inversión en el sector de las energías renovables.
Chile también es un referente en América Latina por su mercado eléctrico competitivo y liberalizado. La Ley General de Servicios Eléctricos de 1982 fue el impulso que permitió la participación del sector privado en la generación, transmisión y distribución. La energía solar y eólica en 2022 repuntó, y más del 50% de su capacidad instalada provino de fuentes renovables. Además, la descarbonización va en serio y tiene planes de cerrar todas las plantas de carbón para el 2040.
México en 2013 introdujo reformas para abrir su mercado eléctrico al sector privado, a través de la creación del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) que permitió a las empresas competir en la venta de electricidad. El país también impulsó el uso de energías renovables a través de subastas, atrayendo inversiones en proyectos solares y eólicos.
Estos países son un ejemplo y destacan por tener marcos regulatorios que fomentan la inversión privada, políticas de transición energética y una infraestructura moderna que soporta la expansión renovable y nuevas tecnologías en el sector eléctrico.
Pérdidas eléctricas millonarias
Por otra parte, según el estudio del BID, la región enfrenta uno de los principales desafíos del sector que es combatir las pérdidas promedio de 17% del total de energía generada, cifra que triplica la de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Estas pérdidas alcanzaron 120 TWh (teravatiohora), igual a la energía generada por fuentes solares y eólicas en la región.
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Paraguay, de acuerdo al reporte de 2023, del Sistema Interconectado Nacional, llegó a acumular un total de pérdida de energía del 28,5%, lo que en dinero significó US$ 320 millones. De este porcentaje, el 5,5% corresponde a pérdidas por transmisión y el 23% a pérdidas no técnicas, es decir, robo de electricidad y la falta de medición.
Según el estudio del BID de 2022, “Reseña del sector de energía en Paraguay”, la institucionalidad del sector no está a la altura de las necesidades. El Viceministerio de Minas y Energía, dependiente del MOPC, no cuenta con recursos suficientes para impulsar y coordinar la dirección del sector, lo que deriva en una debilidad institucional y de planificación estratégica.