Capitalización en verde: una oportunidad sustentable con alto valor económico

Impulsado por sus recursos naturales, políticas de conservación y un mercado en expansión, Paraguay se posiciona como un destino clave para la inversión forestal. En este contexto, la firma Forestal Sylvis lidera proyectos de reforestación y manejo sostenible, ofreciendo una alternativa rentable y comprometida con el medioambiente.

La inversión forestal es una gran alternativa a las fuentes tradicionales de capitalización, ya que permite al empresario diversificar su portafolio.
La inversión forestal es una gran alternativa a las fuentes tradicionales de capitalización, ya que permite al empresario diversificar su portafolio.

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Paraguay ofrece oportunidades de inversión forestal, impulsadas por su abundante disponibilidad de tierra y recursos hídricos. La demanda de productos sostenibles, junto con políticas de reforestación y conservación, atrae a inversores locales como internacionales. Su ubicación estratégica permite un acceso favorable a mercados regionales. Iniciativas como la plantación de bosques puros y proyectos de manejo sostenible resaltan el potencial del sector, que busca la rentabilidad económica y la responsabilidad ambiental.

Forestal Sylvis es una empresa paraguaya especializada en la reforestación, conectando inversionistas con propietarios de tierras. Su enfoque combina reforestación y desarrollo económico, generando beneficios ambientales y sociales, como el secuestro de carbono y el apoyo a las comunidades locales. Entre sus iniciativas destaca el “Proyecto Legado”, que ofrece a familias la oportunidad de invertir en plantaciones forestales como herencia sostenible, contribuyendo al medioambiente y la economía.

Forestal Sylvis

“Empezamos a plantar en el 2010 y nos formamos como Empresa B, una compañía que declara en sus estatutos que no busca la maximización económica, sino la triple línea de resultado, generando valor económico a la par que generamos valor social y ambiental”, detalló el ingeniero Raúl Gauto, presidente de Forestal Sylvis S.A.

Gauto comentó que comenzaron plantando en la Colonia Volendam y Friesland, en San Pedro, con plantaciones de tipo bosque puro por algunos años, hasta que descubrieron el enorme valor de la plantación silvopastoril, que es una combinación de árboles con pasto y ganado vacuno.

Según el ingeniero, este sistema produce una serie de escenarios virtuosos, primero porque reduce enormemente la posibilidad de incendios teniendo en cuenta las distancias de siete metros entre líneas, y segundo porque el ganado vacuno aporta mucha materia orgánica al suelo, al tiempo de generar un valor económico agregado durante los 10 años de inversión.

La compañía trabaja  para generar un producto final de alta calidad a los 10 años, destinado a un proceso de laminado.
La compañía trabaja para generar un producto final de alta calidad a los 10 años, destinado a un proceso de laminado.

Diferencial

“Como siempre, el mercado demanda inversión económicamente rentable, y en ese aspecto nosotros ofrecemos a los inversionistas algunas ventajas que no existían en este rubro antes de que llegáramos”, indicó. La gestión integral del proyecto por el espacio de una década permite al inversionista enfocar sus esfuerzos y recursos restantes a otros proyectos sin mayor preocupación.

Sylvis se ocupa de todo el proceso, desde la relación con el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades), el Ministerio de Trabajo, IPS, Infona, municipalidades y todas las instituciones o instancias vinculadas, hasta la producción y el procesamiento. “Nosotros nos encargamos, desde el alambrado, la búsqueda de las plantas, la limpieza constante del terreno, plantación de pasto, hasta la gestión de la declaración de impacto ambiental con el Mades”.

Alternativa

La empresa plantea un contrato por el plazo de 10 años, para plantar, cuidar y vender finalmente el producto forestal. “La única obligación del inversionista es ir con la familia cada tres meses para ver los avances de la plantación; los invitamos a compartir los momentos felices, porque de los momentos infelices nos ocupamos nosotros”.

El profesional recalcó que la inversión forestal es una gran alternativa a las fuentes tradicionales de capitalización, ya que permite al empresario diversificar su portafolio y destinar, por ejemplo, un 20% de sus recursos familiares o empresariales a un segmento seguro.

Ingeniero Raúl Gauto, presidente de Forestal Sylvis S.A.
Ingeniero Raúl Gauto, presidente de Forestal Sylvis S.A.

Producto final

Gauto mencionó que la compañía trabaja exclusivamente para generar un producto final de alta calidad a los 10 años, destinado a un proceso de laminado. La laminadora, que produce madera terciada, es la industria que mejor paga por la madera en Paraguay, mientras que el aserradero ofrece un precio ligeramente inferior. Con la nueva planta de celulosa de Paracel, los precios de la madera no se igualarán a los de la madera industrial destinada a contrachapado o terciada.

El eucalipto sigue en el podio por su rápido crecimiento; por su adaptabilidad; por la rentabilidad que genera, su bajo costo de mantenimiento y su alto rendimiento en celulosa.

Inversiones

En el corto plazo proyectan un crecimiento significativo, ya que, según Gauto, los viveros en la actualidad no dan abasto con la demanda de plantines para diversas plantaciones, principalmente las de tipo forestal con un enfoque en sistemas silvopastoriles. Amén de la gran demanda que se concentra en Paracel, el ingeniero destacó que existen otros proyectos hacia el sur y en la zona de San Pedro que van a requerir de grandes volúmenes de plantines, lo que perfila un mercado prometedor para los próximos años.

La recomendación a los empresarios es una inversión mínima de 100 hectáreas, lo que equivale a un promedio de US$ 400.000 a lo largo de los 10 años.
La recomendación a los empresarios es una inversión mínima de 100 hectáreas, lo que equivale a un promedio de US$ 400.000 a lo largo de los 10 años.

La recomendación a los empresarios es una inversión mínima de 100 hectáreas, lo que equivale a un promedio de US$ 400.000 a lo largo de los 10 años. Si se calcula el precio promedio de cada hectárea en US$ 4.000, el inversor terminará cosechando por valor de US$ 14.000, lo que se traduce en un retorno de 2,5 veces sobre la inversión o, dicho en otras palabras, un retorno sobre la inversión (ROI) del 250%.

“¿Por qué recomiendo empezar con al menos 100 hectáreas? Primero, porque nos permite hacer economía de escala, lo que facilita negociar mejores precios en labores como la plantación, el rastroneado o el subsolado. En segundo lugar, las grandes industrias no negocian con propietarios de pequeñas extensiones; sin embargo, con 100 hectáreas se pueden producir alrededor de 30.000 metros cúbicos, lo cual atrae el interés de estas compañías y cubre su demanda por seis meses o más”, concluyó.

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