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En julio de 2024 la calificadora Moody’s otorgó a Paraguay la calificación “Baa3″, con lo cual el país alcanzó finalmente el ansiado grado de inversión, luego de un proceso de mejoras en el orden económico durante los últimos 20 años. Este es un gran avance para el país, que abre enormes oportunidades, pero a la vez desafíos.
Tener grado de inversión significa ingresar a un selecto grupo de alrededor de 60 países de 195 calificados en el mundo, que tienen grado de inversión, y esto no es poca cosa, dado que alrededor del 80% de la Inversión Extranjera Directa (IED) en el mundo va a países con esta característica.
Solo para dar una idea del potencial que esto implica para Paraguay, hay que observar los niveles de IED recibidos en la última década por países de Sudamérica actualmente con grado de inversión. En el periodo 2013-2022, Chile recibió un promedio anual de US$ 14.328 millones, Perú recibió US$ 6.128 millones y Uruguay US$ 3.115 millones; en el mismo periodo Paraguay obtuvo un promedio de US$ 336 millones por año. La relación de Uruguay con respecto a Paraguay es de casi 10 a 1.
Los principales movilizadores de capital en el mundo son los fondos de inversión. Desde que Paraguay alcanzó el grado de inversión, ha comenzado a estar en su radar. Estos fondos persiguen dos objetivos: rentabilidad y diversificación, Paraguay ofrece ambas; los niveles de rentabilidad son de los mejores de la región, y el grado de inversión ya les permite invertir en el país. La próxima década es muy prometedora para el país.
Basado en la experiencia de otros países que alcanzaron la categoría, el primer lugar donde notaremos los efectos será el sistema financiero, con la entrada de capitales de largo plazo a entidades financieras que también alcancen el grado de inversión; el crédito disponible se ampliará con mejores plazos y tasas de interés.
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En segundo lugar, veremos la entrada de capitales a la Bolsa de Valores, la compra de bonos y acciones; las empresas verán mejoradas sus valoraciones por las tasas de descuento de grado de inversión. Se abre igualmente la oportunidad de financiar grandes proyectos de infraestructura impulsados por el Estado, bajo la figura de la concesión y APP.
Las calificadoras señalan como principal desafío que Paraguay debe mostrar avances en el fortalecimiento de su sistema de justicia. Para la venida de grandes capitales no debe haber dudas sobre que la justicia es ecuánime, independiente y fuerte cuando se requiere. Si hacemos bien las cosas, Paraguay será el mejor lugar para invertir en la región en la próxima década, depende de nosotros.
*Asesor financiero - MBA