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Tras el aterrizaje forzoso de la pequeña aeronave con matricula LV GTI, el piloto Juan Domingo Viveros Cartes quedó detenido por tener dos órdenes de captura, la primera, precisamente por tráfico y posesión de sustancias prohibidas ordenada por el juez Juan Carlos Bogarín Fatecha de Bella Vista, Itapúa; y la segunda por homicidio y lesión corporal en accidente de tránsito del año 1998.
El suboficial primero Nelson Giménez, apostado en el aeródromo de la ciudad de Caazapá, ubicado en la compañía Loma Clavel, corroboró la identidad del piloto tras el aterrizaje forzoso y constató las órdenes de captura que pesaban en su contra.
Por su parte, la fiscal antidrogas Martha Leiva fue la encargada de realizar la verificación de la aeronave, pero no se encontró ninguna mercadería prohibida. Pese a esto, fue imposible conseguir imágenes del procedimiento de verificación debido a que la agente del Ministerio Público habría ordenado el cierre del portón de acceso al aeródromo de esta ciudad, sobre todo, a miembros de la prensa.
En diálogo con ABC Color, Leiva negó haber prohibido el ingreso de la prensa en el aeródromo. Debido a la restricción que sí existió y que pudo corroborarse in situ, los reporteros ingresaron recién después de terminar la inspección de la avioneta.
Llamativamente Juan Domingo Viveros Cartes, nuevamente estaba volando por el departamento de Caazapá desde donde despegó la última vez cuando fue detenido en Uruguay con una carga de 400 kilos de marihuana. En esta ciudad, el encargado de remitir el cargamento del estupefaciente es el conocido exintendente municipal de la ciudad de Caazapá, Francisco Nicolás Sarubbi Brizuela. El otro socio de Viveros Cartes es César Santiago Morel Roa quien se encuentra en la cárcel de Villarrica esperando el juicio para su extradición a Uruguay.