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La publicación destaca el operativo ejecutado de forma conjunta entre la policía de Río de Janeiro y Matto Grosso de Sul, que culminó con la incautación de 120 proyectores cinematográficos, valuados en 35 millones de reales, considerado como el mayor robo de carga registrado en el país vecino. En el marco de las investigaciones se comprobó que detrás de este ilícito se teje una estructura internacional con ramificaciones hacia el Paraguay.
En efecto la carga mencionada tenía como destino nuestro país que sería el punto de distribución hacia Bolivia, Argentina y Canadá, según la crónica todo este proceso era celosamente monitoreado por un policía brasileño de nombre Mauricio Bastos Silva, actualmente prófugo de la justicia.
Como otro actor dentro de este esquema delictivo aparece el concejal pedrojuanino, Mario Níz, quien sería el contacto de recepción fuera del Brasil. En base a los datos manejados por los investigadores, la negociación consistía en la entrega de los proyectores a cambio del 30% de su valor y a esto se agregaría un importante lote de armas.
Este intercambio de mercaderías se ha hecho frecuente según autoridades policiales del país vecino, bandas criminales se dedican al robo de objetos de valor que son intercambiados por armas y estas a su vez vuelven a ser vendidas dejando una importante ganancia para los grupos delictivos.
El robo de mercaderías en el Brasil es tratado como un crimen menor, no violento y generalmente suele quedar impune, sin embargo en los últimos años ha mostrado un notorio crecimiento hasta en un 14% el pasado año y el perjuicio para los comerciantes formales ronda los 1.2 billones de reales en pérdida de mercaderías.