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En contacto con ABC Cardinal, relató que cuenta con una fábrica de pañales y recorre el interior para venderlos. Dijo que fue contactado por un hombre que le dijo que quería trabajar con él.
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Esta persona, de nombre Cristian Cubilla, le insistió para recorrer la zona de Jesús, donde están las ruinas en Itapúa, afirmando que tenía dos clientes en ese sector. Atraído por esta posibilidad, accede a ingresar a esa zona con los productos.
Sin embargo, al salir de la zona y retomar la ruta VI, son interceptados por un automóvil sin chapa. “Me bajan del auto, agresivamente. Me dicen que hace mucho me están siguiendo”, cuenta. Eran policías, uno de ellos con remera de Investigación de Delitos de Itapúa y su placa colgada al cuello. Los agentes le dicen que era narcotraficante y hace rato lo tenían en la mira, según mencionó.
“Yo sinceramente pensé que estaban haciendo su trabajo y que se equivocaron de persona”, dice el comerciante. Acto seguido, lo meten a un auto al acompañante, mientras él se queda con uno de los policías. Éste lo despojó de su teléfono y le dijo que irían a la Fiscalía de Encarnación. Hasta le prohibió la presencia de su abogado, según relató.
En el camino cambian de trayecto y le dicen que irán directo a la sede de Investigación de Delitos, pero lo meten a un patio baldío posterior, donde sucede la extorsión. “Me dice que va ser más fácil ahí para mí y si le llamamos a su abogado tenían que comunicar a la Fiscalía y ahí se complica más”.
Según detalló, los agentes le piden que abra la camioneta donde tiene la mercadería y tras revisar el interior le exhiben una bolsita con una sustancia blanca. “Ahí me dice ‘eso es tuyo, vos vendés’”, expresó.
Siempre de acuerdo a la denuncia, finalmente lo obligaron a pagar 20 millones de guaraníes para liberarlo. “Ellos estaban tan seguros de lo que hacían, que me daban sus nombres completos; siempre fueron dos”, expresó.
Luego de entregar el dinero, le entregan el acta de procedimiento para que firme, en el que está asentado que fue demorado porque carecía de documentos que avalen el origen de su mercadería, además de circular sin cédula verde y que fue liberado sin cargos una vez que presentó los documentos. “Eso es falso porque ellos se quedaron con esos documentos todo el tiempo”, acotó.
Tras el episodio, denunció ante la Fiscalía y al nombrar a su acompañante, Cristian Cubilla, saltó la información de que era informante de la policía y tenía dos ordenes de captura pendiente.
Además dijo que la Fiscalía, como parte del procedimiento, hizo que se reunieran con los policías en cuestión, quienes ofrecieron devolver 10 millones de guaraníes para que retire la denuncia, pero no aceptó dicho arreglo.