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Cada vez son más los casos de menores de edad que son descubiertos conduciendo tanto biciclos como automóviles en las rutas del país.
La Patrulla Caminera nos proporcionó una cifra estimativa, que habla de unos 10 menores que son hallados al mando de vehículos en cada control de fin de semana que se realiza.
La prepotencia es un factor común con el que deben lidiar los agentes en ruta, según el inspector general Amancio Morínigo, director operativo de la Patrulla Caminera. Lejos de mostrarse temerosos por incumplir la ley y exponerse al peligro en el tránsito terrestre, los menores, que normalmente tienen entre 15 y 17 años, desafían a los inspectores, o bien recurren a ofrecer sobornos como una manera de “arreglar” el problema ante el que se encuentran, aseguró el directivo de la Caminera.
“Abundan prácticamente en las calles los menores, especialmente en motocicleta, pero siempre los estamos sacando de circulación. Este fin de semana tuvimos dos casos: uno, de un menor de 15 años que estaba con sus padres manejando un automóvil, y otro, de 16 años, que conducía una motocicleta, y no la quiso entregar a los efectivos”, mencionó Morínigo, quien aseguró que a todos los menores que cometen infracciones “se los saca de circulación”.
Un caso muy particular se registró este fin de semana sobre la ruta Acceso Sur, en la zona de la fábrica de Coca-Cola. Un menor de 15 años conducía un coche en compañía de sus padres, quienes al ser detenidos en una barrera de la Caminera reaccionaron prepotentes y reacios, diciendo que no tenían a nadie más para guiar el coche, y que ellos estaban presentes y se responsabilizan de su hijo; por lo tanto, según ellos, no violaban ninguna ley.
Sin embargo, la ley impide que un menor de edad esté al volante, sin excepciones.
“No cooperan para nada, y la verdad es que así se hace difícil el trabajo. De hecho, buscan incidentar para evitar que la motocicleta o vehículo sea sacado de su poder”, señaló el director operativo de la Caminera.
Mencionó que los casos de menores al volante se dan en forma más masiva en las ciudades lejanas a la capital, ya que en el área metropolitana hay numerosos caminos alternativos que son utilizados por los menores para escabullirse de los controles.
“El prepotente viene desde ya intentando atropellar la barrera, pero lo único válido para nosotros es que el menor es menor, y punto final. Los propios padres tienen que ser contralores de sus hijos”, señaló Amancio Morínigo.
Señaló también que es clave la cooperación de las organizaciones sociales que les acompañan en el trabajo. “Nosotros nos sentimos más seguros cuando hay gente de organizaciones o miembros de la prensa que están filmando en ese momento. Es una seguridad, porque así evitamos que se hable de sobornos, ofertas, y se transparenta nuestra gestión”, manifestó.
El director operativo informó que, en ambos casos de menores al volante registrados este fin de semana, se recurrió a la retención de los vehículos y a la intervención del Ministerio Público, que iniciará un proceso penal a los padres de ambos menores por exposición al peligro en el tránsito terrestre.