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La comisaria Elisa Ledesma, jefa de Relaciones Públicas de la Policía, se refirió a la situación que se vive en varias dependencias policiales, que son usadas como cárceles ante la situación de hacinamiento que en las penitenciarías. Señaló que uno de los ejemplos más representativos es el del Departamento Judicial de la Policía, donde están recluidas 65 personas, siendo que el lugar en realidad es una oficina administrativa.
Reconoció que el sitio no está preparado para albergar a presos, pero ante la falta de lugar en los penales no queda más opción. El lugar donde ahora están los internos anteriormente era la sala de reuniones de los efectivos policiales, señaló para graficar la manera en que los recintos deben ser improvisados como cárceles. Comentó que en el lugar inclusive hay apenas un año para toda la población.
La jefa policial señaló que los 65 internos en realidad deberían estar “en tránsito”, es decir, la decisión fue utilizar el Departamento Judicial inicialmente para albergar a los internos mientras se cumplen los trámites para su traslado a los penales. La jefa policial aclaró que la Policía no cuenta con presupuesto suficiente para hacerse cargo de los gastos que implica mantener a los internos en sus sedes, cuando deben estar a cargo de reclusorios administrados por el Ministerio de Justicia.
Señaló que se requiere de fondos para alimentación y otros puntos. Otro problema vinculado al anterior es la situación de las comisarías, varias de las cuales ni siquiera cuentan con un calabozo. Comentó que esta situación se da en la misma capital, donde se estima que alrededor de 24 comisarías no tienen celdas.
Las observaciones en torno a las sedes policiales que hacen de cárceles saltaron a la luz luego de confirmarse la fuga de 10 presos que estaban recluidos en la Jefatura de Policía de Alto Paraná. El escape se produjo esta madrugada, pese a que el sitio -en teoría- cuenta con guardia permanente. Meses atrás, la prensa ya se había hecho eco de la situación del Departamento Judicial de la Policía, donde los internos no deberían estar más de 15 días, ya que se trata de un lugar de transición mientras se aguarda un sitio en una penitenciaría.
Frecuentemente, los internos quedan “varados” en el lugar, cuando el mismo ni siquiera cuenta con camas suficientes, además del problema de alimentación ya señalado.
Archivo: el siguiente video corresponde a la situación que se vivía en agosto de 2014. La situación poco cambió.