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Navarro expresó asimismo otros deseos de las personas con discapacidad intelectual, que incluyen el acceso a puestos con mayor responsabilidad o la oportunidad de participar en la toma de decisiones que les competen. Por otro lado, expresó su necesidad de ser escuchado.
"Queremos hacer llegar a la sociedad la voz de las personas con discapacidad intelectual sin interlocutor", expresó Raúl Montiel, presidente de la Fundación Saraki, una de las organizaciones que apoyaron la conformación de la asociación, en una conferencia de prensa.
La mayoría de las agrupaciones que luchan por los derechos de las personas con discapacidad son asociaciones de padres. Si bien estas asociaciones hacen un buen trabajo, no siempre reflejan el interés genuino de las personas por quienes trabajan, explicó Montiel.
Como ejemplo, Montiel relató la experiencia de una persona que trabaja de ocho a nueve horas al día y percibe un salario superior al mínimo. Sin embargo, por contar con una discapacidad intelectual, los familiares no le permiten administrar su dinero.
"Queremos aprender a administrar el salario que ganamos con nuestro propio trabajo", enfatizó Navarro.
Durante la conferencia de prensa se lanzó también una guía de derechos humanos, que servirá como herramienta para capacitar a las personas con discapacidad intelectual sobre sus derechos, fomentando su participación en la lucha contra la discriminación, explicó Noelia Errecarte, directora de desarrollo de la Fundación Saraki.
La asociación está conformada por 30 jóvenes de diferentes organizaciones no gubernamentales que promueven los derechos de las personas con discapacidad intelectual. La asociación trabajará para incluir a más jóvenes en el grupo, a fin de defender sus derechos.
En Paraguay, se estima que aproximadamente 3 por ciento de la población cuenta con alguna discapacidad intelectual, dijo Montiel.