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Un lavarropas de 30 kilos de capacidad se utilizó desde abril en el Hospital de Villarrica para lavar todas las prendas de los pacientes y las de cirugía, según el director, ya que el segundo artefacto fue trasladado al Hospital Nacional de Itauguá. Sin embargo, los funcionarios niegan que la máquina que quedó funcione, por lo que las lavanderas tuvieron que lavar a mano, exponiéndose a varias enfermedades.
El director, contrariamente a las declaraciones de los funcionarios, dijo que las lavanderas usan las manos solo para cargar las ropas y distribuirlas. No obstante, luego de que fotos y videos de la situación denunciada se difundieran, se devolvió el lavarropas prestado, confirmó el médico. Además, contó en entrevista con radio Canal 100 que el ciudadano paraguayo residente en Estados Unidos Mark Lloret donó otra máquina, conmovido por las imágenes de las trabajadoras lavando a mano las prendas ensangrentadas, sin ninguna protección.
Lloret se comprometió además a visitar el hospital cuando venga a Paraguay, para seguir colaborando en lo que se pueda, ya que es evidente que esta no es la única precariedad que se sufre en el sistema público de salud y particularmente en el Hospital Regional de Villarrica.
El lavarropas que fue prestado funcionaba en el hospital guaireño gracias a la colaboración de la comunidad. Los vecinos contaron que tuvieron que juntar G. 10 millones para costear la instalación del mismo y su puesta en funcionamiento. De hecho, las lavanderas hicieron constar esto en una nota formal dirigida al entonces director, Vicente Giret. “Es injusto que (ocurra esto) después de varios años de gerenciamiento, de haber tocado varias puertas”, lamentaron en la misiva enviada en mayo.