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El titular de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), Eduardo Felippo, consideró que lo mejor es que el Estado venda la Azucarera Iturbe y trate de recuperar aunque sea una parte de los G. 15.000 millones que expidió para el salvataje de dicha industria a fines del año pasado.
“Si el Estado se va a poner a administrar las industrias, va a perder más plata de lo que ya perdió hasta ahora, porque manejar una industria es complicado y manejar una industria azucarera es más complicado todavía”, afirmó, atendiendo a que, según la versión del Gobierno, los dueños hablaron de bienes que podrían usarse para hacer frente a la convocatoria de acreedores; sin embargo, esos mismos bienes ya habían sido entregados como garantía fiduciaria a un banco. El procurador general de la República, Roberto Moreno, dijo que se enteraron de tal cosa por la prensa, cuando un banco administrador del fideicomiso estaba por venderla.
Ahora, el Gobierno pretende desapoderar a los dueños Roberto Campos y Emma Codas, para que la industria pase a ser administrada por un síndico del Poder Judicial -Camilo Benítez probablemente- en representación de los acreedores y, a la vez, poder utilizar la planta para procesar la producción actual de los cañicultores. Sobre este punto, Felippo afirma que esta zafra ya está perdida, que no hay la más mínima posibilidad de salvarla, y que lo mejor que podría hacer el Estado es vender la industria y tratar de colocar la producción para recuperar al menos una parte de lo gastado.
Agregó que no se trata de hacer futurología, sino de conocer un rubro y hacer una conclusión lógica de lo que va a ocurrir, en referencia al hecho de que advirtió que el Estado perdería dinero y actualmente ese es el camino en el que está el Gobierno, que ya solo pretende recuperar aunque sea "una parte" de los G. 15.000 millones. “Nosotros, sin pretender ser futurólogos, sencillamente conocemos el tema. Desde hace muchos años, Iturbe está quebrada, hace varios años a través de artilugios de abogados se mantuvo a flote endeudándose más cada día, engañando a quienes les prestaban la plata porque ponían como garantía artículos prendados ya a otros. En base a eso pronosticamos que el Estado iba a tener problemas. No es pronóstico, sino sencillamente conclusiones lógicas”, indicó.