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El exjefe de la barra brava del club Olimpia “vino con mucha prepotencia” desde el primer momento, contó el director del penal, Wenceslao Cardozo. Llegó al punto de iniciar hoy una huelga de hambre reclamando que lo dejen hacer lo que quiera. Exige especialmente que dejen que su actual esposa, Concepción González, viva con él.
“Él nos quiere dictar cómo hacer nuestro trabajo, tenemos muchos internos y no podemos estar pendientes de él”, dijo Cardozo. Recordó que el día que llegó, estaba fumando un cigarrillo. Se le pidió que lo tire, pero Trotte dijo de manera prepotente que lo iba a terminar antes, y entonces se dio el primer incidente. Ese día, exigió una celda privada, lo cual le fue negado.
Al día siguiente, cuando se debía verificar la celda que comparte con otros tres reclusos, también se comportó con violencia. Se pidió a los cuatro internos que salieran de la celda por un momento para una verificación, pero Trotte ni se movió de la colchoneta donde estaba dormido. Una vez que se levantó amenazó a todos, a tal punto de advertir que “rodarían cabezas” gracias a sus “referentes importantes del Gobierno”, contó Cardozo.
Con respecto al pedido de que su esposa viva con él en la cárcel, dijo que ese pedido específico no será posible. Recordó que tienen disponibles las privadas, pero que son solamente para aquellos reclusos que muestran buen comportamiento.
La última de Trotte fue su comunicación del inicio de una huelga de hambre, la cual dejó “oficializada” en una carta que escribió a Cardozo. En total, en el penal de Encarnación hay 900 reos, por lo que el temor ahora es que el mal comportamiento de uno repercuta en los demás, reconoció Cardozo.
Adolfo Trotte fue enviado el lunes a las 06:00 a la cárcel de Encarnación, en el marco de una medida ordenada por el director de Tacumbú, Gerardo Delvalle, supuestamente luego de que incitara a un amotinamiento en protesta porque no le permitieron que su nueva pareja –con quien se casó estando ya en la cárcel– se quedara a vivir en su celda.
También otros 45 convictos, todos seguidores de Trotte, fueron trasladados a distintos penales del interior durante el último fin de semana, justamente a fin de evitar el amotinamiento al que incitaba el condenado. El exjefe de barra fue sentenciado en abril de 2013 a 30 años de prisión, más otros diez de medidas de seguridad por el asesinato de su exesposa.