Cargando...
Víctor Romero, titular de la ANDE, detalló algunas medidas a ser aplicadas en torno al “cementerio” de transformadores en desuso, que ayer se incendió, aparentemente a causa de un “sabotaje”. El siniestro puso en relieve la peligrosidad de estos aparatos, ya que varios de ellos contienen químicos sumamente peligrosos para la salud, como el caso del aceite askarel.
Tras lograr controlarse el fuego, los especialistas descartaron que haya algún riesgo para la población de los alrededores. Sin embargo, la inquietud -principalmente de los lugareños- subsiste ante la posibilidad de nuevas situaciones similares y que esta vez se desate una catástrofe. El propio presidente de la estatal reconoció que durante el siniestro se estuvo a puertas de “la mayor catástrofe del país”.
El predio en cuestión, de unas 27 hectáreas, ubicado en San Lorenzo, ya fue aislado, mientras se aguarda una licitación en curso para “construir plataformas que servirán de depósitos temporales, mientras se busca algún destino final para estos aparatos en desuso”, según explicó.
Romero mencionó que la intención final es “eliminar” los transformadores peligrosos del país. “Está prevista la eliminación de aquellos equipos que eventualmente puedan ser identificados como contaminantes”, sostuvo.
Aclaró que en al región no existe una empresa que pueda encargarse de estos artefactos, por lo que el plan sería una licitación internacional que apunte a países de Europa. “Estos equipos deben ser remitidos a países como Francia, Inglaterra y Finlandia”, refirió.
El titular de la ANDE comentó que de los más de 6.000 transformadores abandonados en los “cementerios”, al menos 400 fueron identificados como altamente contaminados, debido a la presencia de bifenilos policlorados por encima de las 50 partes por millón (ppm). “Tenemos los depósitos especiales, estamos haciendo análisis y hacemos la licitación para la eliminación de los compuestos que estén contaminados”, anunció.
Explicó que antes del proceso de desecho propiamente se deberán identificar más transformadores que contengan el aceite askarel. Romero negó que la estatal haya hecho caso omiso a las observaciones que hizo la Contraloría sobre el almacenamiento inadecuado y riesgoso. “Desde el 2013 se tiene un plan de gestión ambiental, que consiste en la verificación de los transformadores para identificar y cuatificar si el material aislante que contienen es o no un elemento tóxico”, garantizó.
Respecto a cómo se financiará el proyecto mencionado para acabar con los peligrosos “cementerios”, adelantó que se recurrirá a un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El titular de la entidad eléctrica aseguró que se cumplieron con protocolos internacionales en el manejo de estos residuos peligrosos. Respecto a por qué ya antes del siniestro no se determinó la “eliminación”, indicó que los acuerdos como el de Estocolmo y Basilea hablan de un plazo de hasta el 2028.
Romero consideró que Paraguay “probablemente sea u no de los países más avanzados en este tema (en el manejo de estos elementos con askarel) por todo lo que estamos mencionando”.