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Aunque visualmente parece que los cráteres de la ruta Transchaco fueron cerrados, presentan un gran desnivel y pasar encima de ellos con velocidad puede ocasionar vuelcos del vehículo.
Pasar por estos remiendos es como esquiar en el agua, porque el bacheo se hizo sin aplanar las superficies. Todo es provisorio y con impacto solo para el momento. Además, han quedado sin ser atacados una gran cantidad de baches abiertos y muchos de los que fueron cerrados ya están abriéndose otra vez a causa de las lluvias y la gran cantidad de camiones de carga pesada.
Los camiones de gran porte que pasan despacio de un remiendo a otro, pero los conductores de coches pequeños a veces casi no se animan a pasar por los cráteres cerrados debido al desnivel que tiene la superficie.
Por esta zona pasan cada día 200 camiones pesados con productos agropecuarios, animales vivos y gas licuado de Bolivia, además de una gran cantidad de colectivos, coches y ambulancias que trasladan pacientes en situaciones de urgencia a la capital, por falta de unidades de terapia intensiva en la región.
Una cierta mejora momentánea se vivió el año pasado, cuando el MOPC terminó un bacheo licitado en agosto pero que no cubrió todos los pozos y cráteres. Entonces, desde el ministerio se prometió atacar todos los baches que aún estaban abiertos, pero dejó caer la Transchaco durante cinco meses, sin ninguna atención. Una cuadrilla apareció en esta zona recién a fines de diciembre, para llenar los cráteres con diferentes materiales, incluso con arena.
La Transchaco se deteriora más y las promesas del MOPC de licitar una reconstrucción, por lo menos el tramo Río Verde-Mariscal Estigarribia, parece no importar más al gobierno central, que está concentrado en el tema de la reelección. Mientras tanto, la Secretaria de Tributación (SET) recauda importantes montos del Chaco. Así, por ejemplo, desde 2013 hasta diciembre de 2016 se recaudaron más de G. 653 millones en impuestos de esta región, pero casi nada de estos tributos se está reinvirtiendo en la zona.