Trabajos clandestinos y negligentes

El derrumbe de una edificación antigua en la zona del microcentro capitalino se debió a trabajos que eran realizados de manera clandestina y negligente, según confirmaron funcionarios de la Municipalidad de Asunción.

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Un fuerte ruido fue el aviso. Ante esa situación, José Gómez alertó a todos los que se encontraban en el interior de su despensa. Había que salir del lugar cuanto antes.

Instante después, parte del añejo edificio ubicado sobre Yegros y Luis A. De Herrera terminó cediendo y llevando con él parte de la estructura del local comercial de Gómez.

El comerciante señaló a ABC Color que, de no ser por algunas heladeras y estanterías, los escombros podrían haber llegado incluso a golpearlo.

Poco después de las 12:00 de este jueves, funcionarios de la Municipalidad de Asunción llegaron hasta el lugar para constatar lo que había ocurrido.

Miguel Ramírez, fiscalizador de Obras de la Municipalidad de Asunción, señaló que la obra ya había sido intervenida hace algún tiempo y que no se habían presentado los planos de los trabajos que se realizarían.

“No tenían autorización”, afirmó Ramírez.

Pese a la falta de permiso, relató a su vez Gómez, los trabajos no pararon en el interior del edificio.

Los encargados de la obra aprovechaban las noches de fines de semana y feriados para sacar grandes cantidades de tierra del interior del edificio y derrumbar las paredes internas del lugar.

“Tocaron la estructura interna”, explicó el fiscalizador de obras de la comuna capitalina para luego agregar que eso fue lo que terminó ocasionando el derrumbe. Descartó que las intensas lluvias que cayeron sobre la capital a lo largo de la mañana haya influido de alguna manera en lo que ocurrió.

El edificio, una vieja construcción que llevaba tiempo abandonada, es considerado patrimonio histórico de la ciudad, por lo que no podía ser derribado.

“Trabajaban de forma clandestina y negligente”, expresó Ramírez.

Ramírez conversó telefónicamente con el dueño del edificio, Ramón Ríos.

El propietario dijo que enviaría un equipo de trabajo recién en horas de la mañana del viernes, tras lo que el funcionario municipal le explicó que no había tiempo que perder y que se debían realizar los trabajos de apuntalamiento cuanto antes.

Las paredes externas del edificio siguen en pie pero presentan un grave deterioro y podrían terminar cediendo en cualquier momento.

Ramírez reconoció que el apuntalamiento podría no ser suficiente y que se analizará técnicamente antes de decidir si se derribará o no el resto del edificio, a fin de evitar poner en riesgo a las personas que circulan por la zona.

En la esquina en que se encuentra el edificio, una gran cantidad de personas espera todos los días colectivos que circulan sobre Herrera.

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