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La comuna capitalina informó con relación al accidente en una obra en construcción sobre la avenida Boggiani y Ceferino Vega, que causó destrozos en dos casas vecinas perteneciente a la congregación Schoenstatt y causó lesiones leves a una mujer.
Al respecto, el arquitecto Luis Villalba, director de la Dirección General de Desarrollo Urbano, señaló que no es la primera vez que estas máquinas, camiones grúas, con sus amplios brazos activan desde la vía pública, pero siempre se hace con permiso municipal, donde la Policía Municipal de Tránsito, con el pedido correspondiente y con anticipación hace las previsiones correspondientes.
“Inclusive para tratar de ordenar el tránsito para lo que se pudiera generar y brindar cierta seguridad a los vecinos y transeúntes, particularmente”, señaló Villalba.
El funcionario agregó además que la Empresa CCI, responsable de la construcción del Edificio Miami, tenía previsto este montaje para el 9 de agosto, luego pospusieron para el 12 y ya para la fecha de hoy no comunicaron que estarían desmontando. Entonces, dentro del período de control y ante la presencia de elementos en la vía pública, fiscalizadores de la Dirección de Fiscalización de Obras se hicieron presentes y notificaron el hecho de que estaban operando sin el control municipal correspondiente. Paradójicamente, 15 minutos después se produjo el hecho.
Villalba, apelando a sus conocimientos en la materia, dio una opinión sobre la hipótesis que se maneja sobre la presunta causa del accidente, señalando que se desequilibró por un evento de que las fuerzas no estaban distribuidas en la base que hace de soporte. “Acá viene lo llamativo, porque el brazo de desmonte no opera en caso de que los esfuerzos no estén equilibrados. El software corta, directamente, toda operatividad. Ahí se entra en el campo de la presunción o el software estaba mal, o desconectado o impericia o desidia por parte del operador”, argumentó.
Agregó que la maquinaria tiene patas firmes que tienen también amortiguaciones neumáticas que hacen que la fijación al suelo sea totalmente segura, y que el software distribuye las cargas para que exista un equilibrio en la operación.
Con relación a la Casa Parroquial de la Congregación de Schoenstatt, dañada toda empresa constructora, tiene seguro contra terceros igualmente la empresa subcontratada y prestadora del servicio debe contar con el seguro contra tercero. En este caso por existir una persona lesionada, debe intervenir de oficio el Ministerio Público, aclaró finalmente el arquitecto Villalba.