El lago, que está rodeado por 19 localidades, sufre desde 2012 una importante contaminación a causa de los vertidos industriales y domiciliarios, lo que ha provocado la prohibición de las actividades recreativas.
El proyecto de fitodepuración, presentado hoy en la sede de Naciones Unidas en Asunción, consiste en distribuir una docena de piletas de totoras (Typha) de unos 200 metros cuadrados sobre las aguas del lago, con objeto de que absorban sus nutrientes, el principal alimento de las cianobacterias surgidas por los vertidos.
“La totora tiene una gran capacidad de inyectar oxigeno y actúa como una planta de tratamiento. Absorbe la materia orgánica y cuanto más lo hace más crece”, dijo a Efe Inocencia Peralta, directora del proyecto.
La idea sería colocar las primeras instalaciones flotantes en los dos humedales que hacían las veces de biodepuradores de los nutrientes (nitrógeno y fósforo) .
Ambos humedales contaban con totoras y otros juncos palustres, pero la acción humana ha destruido la mayoría de su extensión.
El primero de ellos, el de Pirayú, fue despojado de su vegetación hace 30 años para habilitar tierras de pasto para el ganado, y más de la mitad del humedal del río Salado, de unas 6.000 hectáreas, quedó arrasado por un incendio hace un mes, que las autoridades creen que fue provocado.
La propuesta de la Universidad de Asunción, diseñada por el investigador César Cardoso, sería la primera de este tipo en aplicarse en Paraguay.
Sus responsables montaron hoy un proyecto piloto en el Club Náutico de San Bernardino, consistente en bloques con totoras de unos 720 metros cuadrados.
El estudio de restauración de humedales ya ha sido remitido a la Secretaria de Ambiente (Seam) , que colabora con la Universidad de Asunción, para su puesta en marcha.
Sin embargo, la Seam reconoció que no cuenta con los medios económicos para realizar la primera fase.
“Hacen falta unos 360.000 dólares que no tenemos”, dijo a Efe Paola Edolfi, una experta de la Seam, que añadió que el proyecto tampoco resolvería totalmente el problema, puesto que la mayoría de las ciudades que rodean el lago carecen de plantas de tratamiento de aguas.
Añadió que la Seam combina otras alternativas dentro de un plan de acción que incluye plantas de tratamiento y cámaras de recepción de la materia orgánica que se vuelca en el lago, de unos 150 kilómetros cuadrados.
“El 24 % de la contaminación son desechos industriales y el 60 % domiciliarios. En el lago hay 1.200 asentamientos con 250 personas cada uno, todos sin acceso al alcantarillado”, dijo Edolfi.
El plan de la Seam fue enviado al presidente paraguayo, Horacio Cartes, que ha adoptado la contaminación del lago Ypacaraí como una “cuestión de Estado”, dijo a Efe Alfredo Molinas, recién nombrado asesor presidencial en esa materia.
“Estamos recogiendo toda la información para elaborar un plan supranacional en el que participen todas las instituciones, municipios y sociedad civil, de forma que en un plazo de dos meses se defina una estrategia conjunta”, explicó Molinas.
“Actualmente hay una buena capa de sedimento contaminante en el lago. Nuestras proyecciones son de que para 2020, si todo va bien, se podrá eliminar un 60 % de las aguas residuales”, indicó Peralta.