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La víctima fatal es Adolfina Ocampos (45), quien junto con una adolescente de 14 años, fue capturada por los miembros de su comunidad días atrás, acusada de haber practicado el payé vaí contra otra persona, según informes del corresponsal Omar Acosta.
El suceso implica a las comunidades indígenas Tahekyi y Tapyikue, situadas a unos 3 y 8 kilómetros respectivamente del casco urbano de la colonia Naranjito.
En un escalofriante relato los caciques involucrados, Bernardo Benítez y Francisco Garcete, detallaron que la acusada viajó a Asunción tras supuestamente realizar el conjuro, por lo que fueron a buscarla y la llevaron de vuelta hasta la comunidad. Una vez capturada, le dieron el plazo de un mes para deshacer el payé.
Ante la negativa, se decidió en una asamblea dentro de la comunidad que sería castigada y sacrificada. Conforme el relato de los líderes indígenas, primeramente torturaron a la mujer, luego el sábado último la llevaron a un arroyo donde la ahogaron, posteriormente ataron su cuerpo a un palo y la trasladaron hasta una fosa en llamas, donde fue finalmente arrojada.
Los demás involucrados en el suceso son Patrocinio Benítez, Ramón Mendoza, Caligio Recalde, Julio Garcete, Arnaldo Galeano, Fredy González, Rafael Cañete y el menor con iniciales A. T, de catorce años. Todas estas personas ya se encuentran detenidas y a disposición del Ministerio Público.
Mientras relataban lo acontecido, los nativos argumentaron no sentir remordimiento alguno y aseguraron que al salir de la cárcel harán lo mismo con la adolescente de 14 años también acusada de payesera, quien fue rescatada por intervención del Instituto Paraguayo del Indígena (INDI).
La menor, quien está embarazada y también fue torturada está internada en un centro asistencial.
Agentes de la Policía Nacional acudieron hoy al sitio y lograron rescatar los huesos de la mujer del fondo de la fosa donde fuera arrojado su cuerpo.
PARTE DE LA CULTURA
En la víspera, el titular del Indi, Jorge Servín, explicó que el paje es una práctica muy antigua en las comunidades nativas del país y añadió que según la tradición, la forma de terminar con el maleficio es castigar a los responsables, aunque aseguró que “no se puede admitir de ninguna manera”, las torturas de esta naturaleza.