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El Tribunal de Sentencia de Fernando de la Mora resolvió esta tarde condenar a Carlos Torres por el homicidio doloso de su expareja Clara Cantero. La pena es de 24 años de cárcel. El asesinato ocurrió el 23 de junio del 2008.
El tribunal no pudo condenarlo por feminicidio, teniendo en cuenta que ocurrió antes de que entrara en vigencia esta tipificación.
El hombre actuó con saña contra su víctima, produciéndole varias heridas con un arma blanca, que le produjeron un shock hipovolémico.
Los familiares de la fallecida expresaron que al fin se hizo justicia luego de nueve años de espera, aunque esto ya no lograra recuperar el daño hecho, informó la corresponsal de la zona, Antonia Delvalle.
El hombre estuvo cerca de seis años prófugo de la justicia y cayó en una barrera policial en el 2014. La resolución de los jueces al final del juicio oral y público fue unánime, teniendo en cuenta la declaración de los testigos y el cruce de llamadas que hubo en los días previos al asesinato.
El juicio oral que se inició el pasado lunes 6 concluyó ayer, con la sentencia impuesta por el tribunal integrado por los jueces Pedro Nazer, Rilsi Ortiz y Norma Salomón, presidenta. Los magistrados llegaron a la conclusión de que se probó el hecho de homicidio doloso, cometido por Torres Giménez el 24 de junio de 2008, en la casa de la víctima, ubicada en Ñemby.
La presidenta del Tribunal dijo que las pruebas producidas durante el juicio oral, además de las declaraciones testificales y documentales, permitieron llegar a comprobar el hecho. En primer término, la declaración brindada por el testigo Jorge Duarte, vecino de Clara Cantero Silgueira, que vio al autor el 23 de junio de 2008 dentro de la casa de la mujer, sentado en la cabecera de una mesa, mientras que ella estaba sentada en su regazo.
Durante su declaración, el testigo reconoció en forma categórica que se trataba de Carlos Torres Giménez. Dicho testimonio cobró más fuerza y sustento por la declaración de William Román, perito, quien explicó que al analizar las llamadas existentes entre los números de víctima y victimario, se pudo corroborar que ambos se comunicaron mediante señal de una misma antena de telefonía móvil, lo que prueba que el hombre estaba cerca de la vivienda de su ex mujer.
La fiscala de la causa, Fabiola Molas, manifestó estar contenta con lo resuelto por el tribunal, ya que la misma pidió la pena máxima. Por su parte el condenado no quiso hablar con la prensa, pero ante el tribunal se declaró inocente.