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“Muchas cosas no me acuerdo”, esta fue una respuesta recurrente durante la declaración de Cabrera. Al inicio, dijo no recordar el tiempo en que trabajó para Vilmar Acosta, aunque luego mencionó que empezó a trabajar en 2013 en la Municipalidad de Ypejhú como chofer. Sus respuestas fueron breves, evasivas y bastante diferentes a las que ofreció en 2014, inculpando a "Neneco" tras ser detenido como uno de los vinculados al asesinato de Medina.
Sobre el crimen, dijo que solo se enteró a través de la prensa. No conocía a Pablo Medina, solo escuchó de él cuando lo asesinaron, llamativamente justo el día en que él abandonó Ypejhú. Tampoco tuvo trato con Wilson Acosta Marques -hermano de Vilmar- y dijo que solo lo conocía de vista, según informes de Perla Silguero, periodista de ABC Color.
Confesó que mientras fue chofer de la Municipalidad, fue algunas veces -no supo precisar cuántas- a la casa del exintendente Acosta. Sobre cuestiones puntuales, como el el crimen o la relación entre Vilmar y el resto de los acusados, repetía que “no me acuerdo de muchas cosas”.
Al ser consultado sobre su salida de la ciudad tras el atentado contra el corresponsal de ABC Color, dijo que se fue a trabajar a una chacra, pero tampoco recordaba dónde. Tampoco sabía el motivo de su detención.
“Me torturaron, me maltrataron (los policías), me presionaban para decir las cosas o me iban a matar y me iban a tirar al lado brasileño”, afirmó el testigo y agregó que perdió parte de la audición a raíz de estas torturas.
Con respecto al día del asesinato, dijo que se encontraba con Vilmar Acosta “entregando la merienda escolar en una comunidad indígena, alrededor de las 14:00”, pero tampoco pudo precisar con exactitud la hora correcta. Después de esto, regresaron a la Municipalidad de Ypejhú y no dio más detalles.
Cabrera fue enjuiciado en 2016, encontrado culpable de omisión de dar aviso de un hecho punible, al comprobarse que sabía del plan de asesinato del comunicador. Soporta una condena de cinco años de cárcel.