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Los trabajos de remodelación que comenzaron el año pasado y que hasta la fecha no terminaron, en vez de renovar el aspecto de la estación de micros, están proyectando aspecto horrendo.
El muro perimetral instalado dejó al edificio en un reducido espacio donde los camiones no pueden maniobrar con facilidad y el empedrado construido donde se encuentran los andenes es una verdadera vergüenza.
Una terminal de ómnibus es la puerta de entrada de una ciudad y debe estar en condiciones, limpia y construida por profesionales que entiendan de construcciones.