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Aníbal Insfrán, empresario alcoholero, confirmó que existe una crisis tanto en el sector que integra como entre los ingenios azucareros, debido al ingreso masivo de productos de contrabando.
“La situación está complicada. Cuando empezábamos el año, creíamos que este iba a ser uno de los mejores años, pero lastimosamente, no se dieron esas circunstancias”, mencionó, en contacto con la 780 AM.
Comentó que la producción de caña de azúcar se recuperó este año, luego de un periodo de sequías y heladas, pero nuevamente se ve golpeada por el contrabando.
Adelantó que -debido a esta situación- solo se llegará a procesar un tercio del volumen de caña que se tenía previsto. El resto de la producción se echará a perder en un mes más, si no se toman medidas urgentes.
Advirtió que -entre el sector alcoholero y los ingenios- hay entre 20 y 25 fábricas en peligro, que ya operan al mínimo e incluso podrían cerrar, en caso de persistir el problema.
Reconoció que resulta imposible que la producción local compita con el contrabando, debido a la diferencia de precios al consumidor.
Citó como ejemplo el azúcar: la bolsa de 50 kilos traída desde la Argentina se comercializa a G. 80.000, cuando la de producción local alcanza los G. 100.000.
“No hay forma de competir. Hablamos de costos mínimos de producción. La diferencia es grande”, aseveró.
Sobre el sector alcoholero, comentó que las fábricas no pueden seguir procesando caña de azúcar debido a que ya suman más de 30 millones de litros la producción lista para la venta, pero que permanece varada.
Advirtió que unas 50.000 familias dependen directamente de la caña de azúcar. A esto deben sumarse otras 50.000, considerando las vinculadas al procesamiento, transporte y venta, según detalló.
“Son 100.000 familias en total. Multiplicado por cinco, se trata de 500.000 personas. Esto no es poca cosa”, indicó.
Los empresarios del sector prevén reunirse esta tarde con el presidente Cartes para intentar acordar medidas.