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En el marco de una reunión que se desarrolló a los gritos por parte de representantes de algunos de los emblemas privados, el MIC dio a conocer una propuesta que tiene básicamente dos pilares: liberar la fijación del precio del diésel común y la posibilidad de adelantar la rescisión de contratos con Petropar, que debía terminar en julio de 2018.
La eventual liberalización, que depende de la aceptación o no del Poder Ejecutivo, podría derivar en un aumento del precio del combustible los primeros días del próximo mes de junio, cuando Petropar remita un informe al MIC, que puede ser pro aumento o no.
Al respecto, el viceministro de Comercio, Óscar Stark, explicó que todos los demás combustibles ya están liberados; el último fue el precio de precio de la nafta común. Recordó que la exigencia de la compra de Petropar del 35% fue una decisión tomada en su momento “para ordenar el mercado y fortalecer a Petropar”.
“Esta es una medida que se toma en el marco de un proceso que duró casi cinco años y se había dicho que cuando finalice la reestructuración del mercado y también el fortalecimiento de Petropar se iba a ir liberando los precios mínimos”, afirmó.
Preguntado si habría aumento si el presidente firma el decreto, Stark contestó: “Si se libera el precio mínimo y la competencia puede fijar el precio, Petropar podrá hacerlo o no, de acuerdo a su estructura de costos, porque la idea es no subsidiar”.
Requerido sobre qué respondieron los representantes del sector privado, dijo que hicieron varios comentarios, algunos positivos y otros negativos; algunos están preocupados por los precios que están fijados en los contratos con Petropar y que a partir de allí va a tener que definirse. “El principio es que esto se mantenga de la misma manera en los próximos meses y que no haya cambios de las condiciones de los contratos”, afirmó.
Al señalársele que las compañías privadas estarían habilitadas para poner “el precio que quieran”, el alto funcionario contestó: “No lo van a poder hacer. Justamente no les gusta esta decisión del todo, porque hay competencia. Ellos están de acuerdo con que se libere, pero tienen algunas preocupaciones que tienen que ver básicamente con que los contratos se mantengan como están, que puedan salir del contrato cuando quieran y que Petropar subsidie su precio”.
Al planteársele que ya no habrá control de precios, Stark dijo que seguirán los estrictos controles de calidad y se espera que la competencia fije el precio. “Este es un tema que todavía el presidente de la República tiene que decidir”, acotó.
Preguntado si los precios de las privadas puede ser mayor que el de Petropar, expresó: “En algunos casos hoy ya es mayor, pero Petropar tiene solo el 6% de las estaciones de servicios. Además, la rigidez para la compra, que no tiene las privadas, muchas veces le ha jugado en contra a Petropar”.