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La pareja manifestó que en fecha 6 de febrero de 2015, el Dr. Nicodemus Rodríguez, en su carácter de director del Hospital Regional de San Juan Bautista, Misiones, ha publicado que “como padres nos rehusamos a vacunar a nuestros hijos. Sin embargo no ha publicado el porqué de los hechos”, expresan.
“Somos padres de cuatro niños, a quienes en principio hemos vacunado como las normas sanitarias lo establecen sin objeción alguna, aún cuando hemos tenido que afrontar reacciones que van más allá de un simple dolor o fiebre luego de vacunados”, alegan los padres quienes fueron denunciados por el Dr. Rodriguez ante el Juez de la Niñez, Camilo Cantero.
Dijeron, a través de una nota, que conocieron a otros padres que han vivido el deterioro de la salud de sus hijos luego de ser vacunados. Añaden que pese a ello, en varias ocasiones acudieron a los centros sanitarios a vacunar a sus hijos luego de ser intimados por las autoridades del Hospital Regional.
Según los padres, ellos se acercaron a expresar de manera verbal y por escrito sus preocupaciones a las autoridades del Hospital, quienes manifestaron que deben cumplir las órdenes del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social que monitorea el cumplimiento de los objetivos trazados en cuanto a la vacunación.
“Sin embargo más adelante esto se convirtió en una denuncia formalizada ante el Juzgado de la Niñez y la Adolescencia”, señala la nota.
Agrega que movidos por la preocupación y la curiosidad, investigaron meticulosamente sobre las vacunas y sus efectos reales en los niños.
“Hemos encontrado, no solo investigaciones científicas comprobadas de niños vacunados y no vacunados, sino también asociaciones integradas por médicos especialistas que han realizado estudios al respecto”, argumentan.
Según comentan, ellos pidieron respuestas a las interrogantes, ya que Paraguay no cuenta con un centro de investigación que pueda evaluar la relación beneficio-efecto de la vacunación, “recibiendo a cambio insultos y calificativos que dejan mucho que desear de su calidad como persona, profesional y científico, lo cual puede visualizarse en el expediente”, expresa en alusión al Dr. Rodriguez.
“Nosotros siempre mostramos apertura, pero nada se puede hacer, las mismas autoridades sanitarias aceptan la posibilidad de que efectos adversos pueden recaer en nuestros hijos”, alegan.
RATAS DE LABORATORIO
Los padres consideran que al vacunar a sus hijos se expondrán a un juego de azar, con la hipótesis de ser o no víctimas de los efectos de la vacunación que podrían recaer en ellos como ratas de laboratorio expuestas a experimentos.
“Entonces si usted conoce con exactitud que su hijo será el caso de 1 en 1000 o 1 en 10.000 lactantes, la disfunción inmunitaria, la diabetes, trastornos neurológicos, convulsiones, lesiones cerebrales, trastornos de aprendizaje, trastorno por déficit de atención, comportamiento antisocial y las enfermedades raras degenerativas a corto, mediano o largo plazo, ¿estaría dispuesto a vacunarlos para cumplir las normativas sanitarias?”, interrogan.
Añaden que el director actual del Hospital Regional, ha puesto en tela de juicio el ejercicio responsable de la patria potestad, cuando más bien se está exponiendo a un hecho punible contra la integridad física al vacunar en forma indiscriminada a toda la población.
PLANES DE PREVENCIÓN NATURAL
Argumentan que como padres consideran más saludables recurrir a otros planes de prevención natural, estudiados y probados científicamente, sin efectos adversos como los presentados en el expediente del caso en cuestión.
Aclaran que la preocupación no es por motivos religiosos y que como padres, aman a sus hijos y protegen la vida y que solo pidieron explicaciones que garanticen la salud y el bienestar de sus niños.
Finalmente agradecen al Dr. Nicodemus Rodríguez, “quien fuera pediatra de nuestros hijos con anterioridad, pues a pesar de lesionar la integridad moral de nuestra familia, ha abierto las puertas del conocimiento a miles de familias que ciegamente vacunan a sus hijos, incluso tal vez ya cuentan con secuelas que no han encontrado respuestas porque los médicos se niegan a relacionar la vacuna con la enfermedad.
Leticia Benítez y Oscar Aguilera instan a la ciudadanía a verificar los componentes de las vacunas “que obligatoriamente como en la época de la dictadura debemos suministrar a nuestros hijos”, concluyen la nota.