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El juez Santiago Núñez sería la persona que ocuparía el lugar que deja vacante el magistrado José Benítez, quien fue designado como juez en Villarrica. El martes, en la plenaria de la Corte Suprema, se debe definir quién ocupará el juzgado de Garantías de Curuguaty y el nombre del sobrino de Núñez suena fuerte para ser designado.
Santiago Núñez es juez de la circunscripción judicial de Canindeyú, pero ahora está interinando el juzgado de Pedro Juan Caballero. Se presume que se le devolvería a su área jurisdiccional. Una de las causas que tendría a su cargo el sobrino de Víctor Núñez es la investigación del asesinato de Pablo Medina y Antonia Almada, donde están implicados el exintendente de Ypejhú Vílmar “Neneco” Acosta y otras personas.
El ministro de Corte está sindicado como alguien que tendría nexos de amistad con políticos de la zona de Canindeyú, que a su vez son sospechosos de tener nexos con estructuras del narcotráfico. El propio Pablo Medina ya había publicado en el diario ABC Color estas conexiones. Ahora se menciona que el sobrino del ministro podría ser el nuevo juez del caso y eso, una vez más, dejaría al descubierto las maniobras que suele hacer Víctor Núñez desde la Corte para intervenir en grandes casos.
Uno de los más sonados de los últimos tiempos es el caso de la Caja de Jubilaciones de Itaipú (Cajubi), en que todo apunta a que Núñez manipuló la designación de un tribunal de sentencia a medida para favorecer al principal acusado, Víctor Bogado Núñez, sobrino del magistrado.
Mientras estas movidas se vienen tejiendo en esferas judiciales, este domingo se cumple un mes del mortal atentado contra el corresponsal de ABC Color y poco se avanzó en las pesquisas. Si bien se tiene identificados a los Acosta como el clan que, al parecer, estuvo tras el crimen, ninguno de ellos hasta el momento fue detenido.
Los investigadores realizaron una serie de allanamientos, pero siempre llegaban ya tras la huida de los sospechosos. Como una historia adaptada para guión de una película policial, los delincuentes siempre estaban un paso adelante de sus perseguidores. Se habla que los Acosta ya están refugiados en el Brasil, aprovechando que tienen doble nacionalidad y mucho dinero, lo que les permite mantenerse ocultos.