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En el 2011, Ferreira pasó todos los “coladores” y quedó en la lista final de 111 internos que podrían ser beneficiados con el indulto presidencial que iba a ser firmado por el presidente Fernando Lugo.
Sin embargo, un error en los registros informáticos del Poder Judicial truncó esa salida. Cuando se revisaron los antecedentes del exministro se descubrió que tenía una causa por prestación alimentaria, y debido a ello fue sacado de la lista de posibles indultados.
El Ministerio de Justicia y Trabajo trató de subsanar ese error y envió una nota al Poder Ejecutivo, para rever la situación, pero ya no pudo reconsiderarse el hecho y Ferreira no fue beneficiado con la libertad.
En el 2012, otra vez Silvio Ferreira volvió a procurar su libertad por la vía del indulto. Cuando se supo que el nombre del exministro estaba entre los 137 posibles indultados, llovieron las críticas.
Tanto es así que la fecha en que tenía que darse a conocer los nombres de los presos indultados se dilató por días y, finalmente, el lunes 7 de enero, el presidente Federico Franco tuvo que decir que no habría presos indultados durante su breve gobierno.
Por segunda vez, Ferreira vio cómo se esfumaba la posibilidad de salir en libertad antes de cumplir los cinco años y seis meses de cárcel a los que está condenado por lesión de confianza.
Silvio Ferreira fue uno de los ministros del presidente Luis Ángel González Macchi en el 2000, pero luego fue denunciado por haber sobrefacturado gastos en construcción y compra de carne para las penitenciarías.
En el 2004 se dictó orden de captura contra Silvio Ferreira, pero el mismo se mantuvo prófugo de los mandatos de la justicia por largos cuatro años.
Recién el 1 de agosto de 2008, en un camino vecinal de Itauguá, agentes de Delitos Económicos de la Policía Nacional que realizaban un control en la zona encontraron a Ferreira, quien impunemente explotaba una granja en la ciudad.
Al pedir a la base de datos de la Policía los antecedentes del detenido, se comprobó que tenía cuatro órdenes de captura: tres por lesión de confianza y una por prestación alimentaria.
Dos años después de su detención, Silvio Ferreira afrontó un juicio oral y público, y los jueces Elio Rubén Ovelar, Lici Sánchez y Ricardo Alfonso, el 9 de junio de 2010, lo encontraron culpable y lo condenaron a cinco años y seis meses de prisión.
La medida fue apelada por la defensa del reo, que dijo que la pena era excesivamente elevada. Se pidió una reducción de la pena, para tratar de pedir una medida menos gravosa que la cárcel.
Sin embargo, la Cámara de Apelaciones tampoco dio curso favorable a la defensa de Ferreira. Entonces, el reo fue remitido a la cárcel de Tacumbú, donde actualmente purga su condena.
Ahora, Silvio Ferreira debe esperar hasta finales del 2013 para poder volver a tentar una posibilidad de ser indultado o esperar cumplir las dos terceras partes de su condena para solicitar la libertad ambulatoria por esa vía. Mientras tanto, seguirá tras las rejas.