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Tras las implacables críticas de monseñor Ricardo Valenzuela contra las autoridades políticas el pasado viernes, en la misa central por el día de la Virgen de Caacupé, varios fueron los políticos que quedaron molestos e intentaron disfrazar los señalamientos, argumentando que el mensaje era “en general”.
Otra que salió al paso a expresar su molestia por la homilía fue la senadora del PLRA Zulma Gómez, quien escribió en su cuenta de Twitter: “Qué locura, te vas a Caacupé para rezar y venerar a la Virgencita y te sale un obispo que hace discurso político. ¡Si por lo menos hubiesen hecho autocrítica y pedir disculpas por el daño que causan por abusos sexuales, valdría la pena!”, manifestó la senadora, denotando así que le afectó la crítica del prelado y dejando clara su postura de defensa hacia el Gobierno.
La acérrima defensa de Gómez hacia el poder político encuentra clara explicación si tomamos en cuenta que su ascenso al Parlamento le ha traído innumerables beneficios económicos que quizá nunca hubiera imaginado algunos años atrás, cuando llegó a Ciudad del Este en una motocicleta, oriunda de Coronel Oviedo, y se instaló a vivir en un humilde inquilinato del barrio Remansito.
Pero tras unos años haciendo política partidaria de la mano de un dirigente liberal, el panorama fue cambiando para Zulma Gómez, una humilde médica que luego tuvo un meteórico ascenso económico.
Del inquilinato se mudó a una casita de tabla en el kilómetro 5,5, mientras seguía operando intensamente por el Partido Liberal. Finalmente, logró ingresar como diputada por el Alto Paraná y se mudó a una casa más confortable, aunque todavía modesta, en el kilómetro 4.
Luego, la prosperidad económica se comenzó a notar y Zulma se construyó una casa en el Complejo Paraná Country Club.
Su llegada al Congreso le trajo con el tiempo otros codiciados bienes, como un edificio en barrio Boquerón de Ciudad del Este, una granja que conecta con el río Acaray en el km 12, que cuenta con quincho, una coqueta casa con cancha de básquet y de fútbol, etc.
Tiene además un departamento en el edificio Curupayty de Asunción, vehículos lujosos como la camioneta Audi Q7 que está valuada en unos US$ 90.000.