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Son 6 millones de dosis que debían ser administradas en tres dosis a 2 millones de animales, para inmunizarlos contra la fiebre aftosa.
Como es habitual en estos casos, el Senacsa -antes de proceder a la vacunación- realiza “rigurosos estudios” de campo y de laboratorio, ocasión en que se mide la potencia de protección de la sutancia.
Según el presidente de Senacsa, Hugo Idoyaga, la potencia mínima esperada del medicamento es de 75 por ciento; sin embargo, los resultados de análisis de estos lotes de vacuna arrojaron una potencia de entre 50 y 65 por ciento. Dijo que en estos casos la ley establece que las vacunas deben ser destruidas.
La empresa Lauda, que es la que proveyó las dosis, interpuso un recurso de amparo ante la resolución de Senacsa de destruir el medicamento. La jueza encargada de resolver el pedido fue Carla Bacigalupo, actualmente nueva ministra de Justicia, quien decidió rechazar el recurso de amparo de la empresa, según confirmó a ABC Color.
Explicó que el Senacsa acercó documentaciones donde se verificaba que dio participación a la empresa en el proceso de verificación y además dijo que antes del recurso de amparo existen instancias administrativas que agotar.
Idoyaga dijo que los técnicos deberán analizar cuál será mejor forma para destruir el fármaco, ya que son más de 30.000 litros.
Por otra part,e el abogado de la empresa, Carlos Buffa, dijo días atrás que la firma “está abocada a la realización del control de calidad en laboratorios del extranjero a fin de demostrar la calidad de sus productos biológicos, en especial las series de vacunas rechazadas”.