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La movilización arrancó en horas de la tarde con una caravana en la que cada vehículo estaba adornado con el color verde, simbolizando a la naturaleza. El recorrido abarcó la vivienda del presidente Horacio Cartes, a quien responsabilizaron de la normativa que pone en serio riesgo a la flora y, por ende, a la fauna de nuestro país.
Luego fueron hasta la avenida Costanera para finalmente participar de un acto frente al Cabildo. Los manifestantes ratificaron su rechazo a la idea de vivir en un desierto y que este decreto es un crimen ecológico.
El activista Fernando González sostuvo que existen numerosas maneras de lograr una producción sustentable, sin afectar el equilibrio de la naturaleza por medio del uso indiscriminado de recursos naturales y en especial de los bosques.
“Estamos convencidos de que no hace falta echar bosques para seguir produciendo alimentos para el mundo; dejando los bosques de reserva, como tienen que estar, vamos a producir mejor y no tendremos enfermedades”, afirmó.
Seguidamente, recalcó que a la deforestación se le atribuye la aparición de numerosos vectores causantes de enfermedades, como el dengue, zika y el hantavirus, entre otros.
Por ello insisten en la derogación como la única vía para evitar el daño ambiental que genera el desmonte, más aún de las áreas verdes bajo protección.