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El hecho ocurrió el sábado, a las 14:30, aproximadamente, cuando en un descuido los tres menores, todos de 17 años, utilizando un extinguidor de incendio, rompieron un sector del doble alambrado y se dieron a la fuga.
Inmediatamente el director interino, Antonio Amarilla, realizó la denuncia y se comunicó con la madre de uno de los internos que vive en el barrio San Miguel de Cambyretá. Lo cierto es que la progenitora llamó a Amarilla, comunicándole que ambos adolescentes volverían al penal, cosa que hicieron el domingo, luego de visitar a sus novias.
El tercer menor, que se fue por la misma razón que sus dos compañeros fugados, aún no apareció. Es un indígena oriundo de Caraguatay, departamento de Cordillera y había estado recluido en el penal de Villarrica. Los responsables del Centro Educativo señalaron que están preocupados “porque ganó el monte con lo puesto, sin dinero y no conoce la zona”. Además, según relató Amarilla, el joven afirmó que padecía “mal de amores”.
El coordinador general del Centro Penitenciario, Marcos Velázquez, informó que el lugar, habilitado a principios de julio, tiene capacidad de albergar a 40 menores. Había 18 adolescentes, de los cuales 12 están procesados y seis condenados. Entre ellos vive un extranjero y el indígena, que se encuentra prófugo.