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Hugo Espinoza, director del INAT, reconoció que la muerte de Anita, el 10 de abril pasado, generó mayor conciencia en la población sobre la necesidad de donar órganos.
Comentó que hasta aquella fecha se contaba con 11.000 personas inscriptas como donantes voluntarios. Poco más de cuatro meses después, esta cifra se aproxima a las 20.000, según detalló, en contacto con Canal 100.
Los más beneficiados son los pacientes que requieren de córneas. En abril pasado, las personas en espera en este grupo sumaban entre 600 y 800. Actualmente, el número se redujo a 300, de acuerdo a los registros del instituto.
Destacó que hay familias que -antes de ser consultadas sobre su predisposición- ya se comunican con los médicos para informar sobre su deseo de donar los órganos de sus seres queridos fallecidos.
Adelantó que, de continuar este ritmo de repunte de los donantes, se podría llegar a una situación en que ya no haya pacientes en espera de córneas.
En los últimos meses se intensificó la campaña de concienciación sobre la donación de órganos, principalmente luego de la muerte de Anita, una niña de seis años que sufría una grave enfermedad cardíaca y aguardaba un corazón.