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Dos años atrás, hombres fuertemente armados ingresaron a la estancia donde Fehr, dos de sus hijos y dos peones fueron tomados cuando se encontraban cosechando maíz. Al caer la noche, los criminales soltaron a los niños y horas después a los peones, pero se llevaron al colono.
Para liberarlo, los secuestradores pidieron US$ 500.000 a su familia, dinero que fue pagado el 18 de agosto; sin embargo, los criminales nunca cumplieron su palabra ni tampoco ofrecieron una prueba de vida. Su secuestro se produjo exactamente 400 días después del de Edelio Morínigo Florenciano, oficial de policía que también continúa en cautiverio.
La familia tuvo que soportar en reiteradas ocasiones que personas inescrupulosas se hicieran pasar por los captores para exigir dinero. Varias de ellas fueron detenidas por la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), pero los secuestradores reales nunca se volvieron a poner en contacto.
Pese a que en todo este tiempo no ha tenido comunicación con los miembros del EPP, la familia sigue clamando por una prueba de vida que reavive la esperanza de recuperarlo pronto. Las autoridades no tienen respuesta; pese a los operativos y a la seguridad reforzada en el Norte, no han localizado campamentos del EPP en los que puedan estar los secuestrados.