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El estado de salud de Anita Almirón, la niñita de ojos claros que espera un donante de corazón, comenzó a agravarse, según informaron los médicos a los padres.
La pequeña tiene el corazón muy dilatado y con muy poca fuerza muscular para bombear la sangre. A esto se suma la retención de líquidos, que le ha generado una hinchazón.
Los médicos del Hospital Bautista, donde está internada, manifestaron su preocupación por la pequeña. La situación de la paciente empeora por el hecho de que su madre, Elena Almirón, tuvo que volver a trabajar.
Karen Peña, amiga de la familia, expresó que Anita se sintió afectada luego de que su madre haya regresado a sus actividades laborales. Ella es docente y debe cumplir con su labor para poder solventar los gastos del tratamiento.
“La mamá está notando un decaimiento en todos los sentidos en Anita, aparte de la salud en sí. Está extremadamente sensible, no come, su mamá volvió al trabajo, es docente, y eso parece que la está afectando, es demasiado dependiente de la mamá y está al cuidado de la abuela materna”, dijo.
Karen comentó que reciben la donación de personas solidarias para poder cubrir gran parte de los gastos, pero los cuidades especiales que la niña requiere exigen mucha atención y dedicación.
Después de la verificación de los médicos, Anita espera que aparezca un donante de corazón, que tenga entre 6 y 23 años, con el tipo de sangre A positivo.
Según Karen, otra opción es trasplantar un corazón con otro tipo de sangre para salvar su vida, lo que significará que ella deberá consumir de por vida medicamentos especiales para evitar el rechazo del órgano.
En marzo se cumple el plazo de seis meses de vida estimado por los médicos, por lo que la desesperación y angustia de los padres es más que comprensible. Se le acaba el tiempo también a esta pequeña que, con su mirada y sonrisa, ha llegado al corazón de más de uno que la haya visto.