Sangre del Golpe del '89 “empieza a justificarse”

El general Regis Aníbal Romero, conocido como Carlos 5 durante el operativo para derrocar al dictador Alfredo Stroessner, dijo que “ahora empieza a justificarse” la sangre de los caídos, teniendo en cuenta las libertades que se lograron conquistar.

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“Creo que hoy, a 28 años de distancia, la sangre derramada se está justificando porque el pueblo sale a las calles a reclamar a sus autoridades cuando cree que sus derechos están siendo avasallados”, indicó el general, quien tuvo activa participación desde un inicio en el plan para derrocar al dictador más sanguinario de la historia de nuestro país: Alfredo Stroessner.

“No tenemos presos políticos, podemos desplazarnos de un punto a otro, se puede hacer reuniones y marcha y todo lo que en esa época no se podía”, expresó el militar en comunicación con ABC Cardinal. El militar retirado inició la conversación recordando a los caídos en la gesta, que por lo menos en los planes pretendía que “no se derrame ninguna gota de sangre de los compatriotas”.

Romero recordó que el propio general Andrés Rodríguez, consuegro de Stroessner, casi un mes antes, el 11 de enero, personalmente le comunicó su intención de derrocar al dictador. “Me presenté a su oficina y el Gral. Rodríguez me dijo: 'Mire, la situación política está muy mal, al igual que las relaciones internacionales y la economía nacional y para colmo de males tengo informaciones de los médicos de cabecera (de Stroessner) que si no se muere ahora se muere mañana, si eso ocurre, el cuatrinomio de oro va a pelar las arcas del Estado'”, recordó el militar que utilizó el pseudónimo de Carlos 5 durante el golpe. Después de decirle eso, Rodríguez le recomendó que se encargue de velar por la seguridad de su familia.

Casi a diario se fueron desarrollando los preparativos, con informes permanentes de los avances de la operación que inicialmente se pensó con el fin de secuestrar a Stroessner durante su desplazamiento a la casa de uno de sus colaboradores, ya que Rodríguez no quería exponer a la familia del dictador.

Los encargados de la operación consideraron imposible el operativo a tal punto que en un momento consideraron como única alternativa una “operación Somoza”. Esta consistía en replicar el mismo sistema con el que se asesinó al dictador nicaragüense Anastasio Somoza en nuestro país, con un bazucazo a su vehículo, ante lo cual Rodríguez rotundamente expresó: “Esta operación no es para matar a ningún compatriota”.

Descartado esto, el plan final era concretar el secuestro del presidente Stroessner el 3 de febrero a las 3 de la madrugada, coincidiendo con el concierto de Luis Miguel, lo que impediría el rápido desplazamiento de la Artillería que aún respaldaba al dictador.

Sin embargo, el plan se adelantó para cerca de las 18:00 del 2 de febrero, cuando Stroessner se encontraba en la casa de Estela “Ñata” Legal, pareja del dictador, aunque este fue alertado y logró escapar momentáneamente, hasta que finalmente fue aprehendido por los Carlos y llevado ante Rodríguez para firmar su renuncia tras años de despiadada opresión.

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