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“La primera persona que debe ser controlada dentro de la institución debe ser el fiscal general del Estado. ¿Por qué debo temer a ser controlado? ¿Por qué debo temer a que el órgano de control del Estado me venga a controlar? Soy un servidor público; lo público es público”. Estas palabras forman parte de su presentación como candidata a integrar la terna para la Fiscalía General.
La agente fiscal Sandra Quiñónez fue la tercera en la terna junto con el cuestionado actual fiscal general, Javier Díaz Verón, y Victoria Acuña. Con 172 puntos por méritos académicos, Quiñónez quedó en el puesto 60, por lo que todavía sigue en la nebulosa el criterio que se tuvo para conformar esta nómina. El primer puesto se lo llevó Francisco José Carballo Mutz, con 370,44 puntos, pero no fue considerado.
Este puntaje tiene en cuenta los siguientes componentes: la formación académica, el ejercicio de la docencia universitaria, publicaciones de libros jurídicos, experiencia laboral y haber realizado la Escuela Judicial.
La fiscala ganó notoriedad gracias a su intervención en sonados casos; uno de ellos, el asesinato de nuestro corresponsal en Curuguaty, Pablo Medina, junto con Antonia Almada, emboscados mientras regresaban de una cobertura periodística simulada. El presunto autor intelectual, Vilmar “Neneco” Acosta, debe enfrentar juicio oral y público por este caso el próximo 16 de octubre.
También investigó las muertes de Robert Natto y su esposa Erika Reiser de Natto, a manos de miembros del autollamado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) en enero de 2015, logrando identificar a tres de los cuatro presuntos responsables, que nunca fueron encontrados. Por este caso, la agente fiscal incluso recibió amenazas por parte de la banda de secuestradores, lo cual no hizo que renunciara a seguir investigando.
Ibar Pérez Corradi, “el rey de la efedrina”, era uno de los más buscados por la justicia argentina y por la Interpol. Vivió más de un año en Paraguay gracias a identificaciones originales de contenido falso que logró conseguir en el Departamento de Identificaciones de la Policía Nacional. Quiñónez también estuvo en la investigación de este caso, que culminó con la extradición al vecino país.