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El caos en el tránsito es un sufrimiento diario que no distingue clases sociales. Los más sencillos que viajan en bus, los más pudientes que van en vehículo o aquellos trabajadores que se han comprado una motocicleta buscando llegar con un poco más de facilidad: todos, sin excepción, deben estancarse en el embotellamiento de la hora pico.
Para evitar este dolor de cabeza diario, mucha es la gente que opta por salir más temprano, buscar caminos alternativos o cualquier otra estrategia que la creatividad les sugiera para llegar puntualmente a sus lugares de trabajo.
ABC Color quiso experimentar de primera mano cuáles son las peripecias que debe afrontar el ciudadano promedio para ingresar a la ciudad de Asunción cada mañana a cumplir sus actividades laborales.
Seleccionamos cuatro medios de transporte: vehículo convencional, bus, motocicleta y bicicleta. Determinamos además cuatro integrantes de nuestro equipo, que partirían en los distintos medios de transporte en forma simultánea. Cronómetro en mano, medimos rigurosamente el tiempo de traslado. El punto de partida fue la intersección de Eusebio Ayala y Madame Lynch, a una cuadra del viaducto de Calle Última. Nos pusimos como meta llegar a nuestro lugar de trabajo, en este caso, el diario ABC Color, sobre la calle Yegros, en el centro de la ciudad.
La condición para nuestro experimento fue utilizar indefectiblemente el camino tradicional del transporte público, de manera a determinar la verdadera intensidad del tráfico asunceno. Todos los integrantes del experimento partieron con la mayor exactitud posible.
Entre nuestros principales objetivos se encontraba definir cuál es el medio de transporte que más conveniente resulta para llegar al trabajo en hora pico. Sorprendentemente, descubrimos que la bicicleta, un vehículo alternativo y no motorizado, nos permitió llegar a destino más rápidamente que un auto, una motocicleta y el bus del transporte público.
La cita del equipo de ABC Color en el punto de partida fue a las 06:00 del pasado jueves 24 de noviembre. Tras poner a punto los equipos de transmisión y los móviles, a las 06:23 se inició la espera la compañera Lía Barrios, que se trasladaría en colectivo.
Debido al la gran cantidad de personas que se movilizan a esa hora, una primera unidad de la Línea 29, empresa Coronel Panchito López, no se detuvo pese a que le indicamos la señal de parada. Recién a las 06:31 logramos que un segundo bus de la Línea 29 se detuviera y nuestra compañera lo abordara.
Segundos después, la motocicleta y los ciclistas se pusieron en marcha y, tras ellos, el vehículo arrancó el trayecto.
El circuito que acordamos fue dirigirnos por la avenida Eusebio Ayala hasta doblar en la calle General Elizardo Aquino. Posteriormente, avanzamos cuatro cuadras hasta la calle Teodoro S. Mongelós, donde doblamos a la izquierda por dos cuadras con dirección a la calle República Francesa. El recorrido continuó a la derecha sobre República Francesa hasta Félix de Azara y el resto fue avanzar en línea recta hasta la calle Yegros, para doblar a la izquierda por una cuadra y media hasta las puertas de la sede de ABC Color.
Mientras en el auto aún nos encontrábamos estancados sobre la calle Azara, uno de los dos ciclistas que nos acompañaron anunció a través del grupo que creamos en la aplicación WhatsApp que ya habían llegado al diario. Eran las 06:57 y las bicicletas habían sido los primeros vehículos en llegar a destino.
A todos los integrantes del experimento les sorprendió bastante la velocidad con que se transportaron los biciclos, mientras que el resto de los integrantes del experimento aún estábamos sufriendo el estrés del complicado tráfico.
El recorrido de las bicicletas tuvo una duración de 25 minutos, mientras que la moto llegó un minuto y medio después, tras un recorrido de 26 minutos con 30 segundos. En el tercer lugar llegó el auto, con un recorrido que duró exactamente 30 minutos.
Finalmente, tras un recorrido de 36 minutos en bus, que incluyó la caminata de una cuadra y media desde Azara, llegó a destino nuestra compañera Lía Barrios, en el cuarto y último lugar.
Sorprendió a todos los participantes del experimento que la bicicleta, un vehículo que no requiere motorización, haya sido el primer medio de transporte en llegar a destino.
Los ciclistas que colaboraron con la experiencia manifestaron a ABC Color que en un primer momento no creyeron que llegarían en primer lugar, pues en el camino veían cómo la moto de Julio Benítez avanzaba rápidamente. Sin embargo, los semáforos fueron desventaja y terminaron superando en velocidad al motociclista, llegando primero al diario.
Una vez que llegaron al punto de partida, aclararon a los lectores que no es necesario ser un asiduo deportista para utilizar la bicicleta como medio de transporte diario. “Solo es cuestión de acostumbrarse. En los primeros momentos es posible que el pedaleo sea más lento, pero con el transcurrir de las semanas uno se va volviendo mucho más ágil”, puntualizó el ciclista César Centurión, quien colaboró con nuestro proyecto.
Recomendó a la ciudadanía animarse a probar este medio de transporte alternativo, pues aunque aún se le dé poco crédito, termina trayendo grandes beneficios a nivel tiempo y salud física. César hizo el recorrido en compañía de Félix González, también fanático de la bicicleta.
Julio Benítez confesó que quedó gratamente sorprendido con el resultado final de nuestra prueba, pues consideró que tenía grandes probabilidades de llegar primero, debido a las características de su vehículo.
“Uno se da cuenta de que es impresionante la facilidad que te da la bici. Hace mucho tiempo ando en moto y la experiencia del traslado en sí no me sorprendió mucho, salvo que sigue siendo la misma selva de siempre”, manifestó Benítez. El motociclista se mostró muy satisfecho con el experimento, pues se logró demostrar que el medio alternativo de la bicicleta es sumamente utilitario.
Cabe aclarar que tanto Julio como todos los demás participantes del experimento respetaron todas las leyes de tránsito. No se realizaron adelantamientos indebidos y todos respetaron los semáforos. Benítez aconsejó a los lectores pensar positivamente en la bicicleta como opción de transporte. “Hay menos gastos, cuidamos la ciudad. Para mí, es maravillosa la bicicleta”, concluyó.
En cuanto a la experiencia del viaje en vehículo, durante el trayecto se experimentó mucho estrés. Además del caos del tránsito que ya conocemos, la imprudencia de los demás conductores es una constante que obliga al chofer a estar permanentemente en alerta para evitar ser responsable de cualquier percance.
Todos estos factores hacen que el viaje sea bastante tensionante. Debe considerarse que si al trayecto le hubiéramos sumado el tiempo que se necesita para encontrar dónde estacionar en el microcentro de Asunción, el tiempo de llegada hubiera sido mucho mayor.
Lía Barrios calificó el viaje que realizó de “normal” y muy similar al que realiza todos los días. Como cualquier ciudadano, los primeros minutos se arriesgó viajando en la estribera, pero afortunadamente después pudo avanzar hacia el interior del bus.
Viajó todo el tiempo parada y el colectivo se detuvo varios minutos en todos los semáforos. Lía cuenta que no hay nada muy extraordinario que pueda contarnos de su viaje, pero lo que la dejó impresionada fue la velocidad de los ciclistas.
“Cuando los vi los admiré por la destreza física que tienen al recorrer largas distancias, pero jamás imaginé que ellos se iban a ahorrar todo el dolor de cabeza que los ciudadanos soportamos en el bus. Además, ellos a la vez están aportando beneficios a su salud, a través del ejercicio físico. Me sentí feliz cuando supe que la bici había llegado primero”, manifestó Barrios.